Estoy nerviosa.
El fin de curso se acerca, y eso me pone muy nerviosa. Me sucede siempre que viene el verano y se avistan las vacaciones escolares.
La vida escolar de Bicho me genera muchas emociones y preocupaciones que terminan por agotarme emocionalmente a final de curso. El miedo de que pueda sufrir rechazo de sus compañeros, de que no llegue a los objetivos, de que no esté bien adaptado y/o de que no reciba la atención que necesita me supone altos niveles de estrés, que intento no transmitirle a él (y creo que lo consigo). Pero, además, cuando llegan los últimos días de clase, todo esto se intensifica porque él intuye que su rutina va a cambiar (es más, aún estos días que todavía hay clase ya está cambiando, porque juegan más y los días son más movidos) y esto le provoca cambios en su estado de ánimo, mayor agitación y miedo.
Por si todo esto fuera poco, en estos últimos días de curso el centro ha organizado algunas fiestas. Mi hijo está muy contento e impaciente por que lleguen y esto le crea problemas para autorregular sus conductas. Está demasiado movido y se despierta mucho por las noches, habla por los codos pero le cuesta expresar lo que quiere decir… y todo ello genera una mezcla explosiva que pone al límite a cualquier persona de su entorno.
Tanto es así que, desde hace unos días, está teniendo algunas regresiones y mostrando algunos comportamientos que no mostraba desde hacía tiempo, y que me he dado cuenta de que los muestra cuando hay cambios en sus rutinas. Mis miedos me han hecho hablar con su tutora (me asegura que está bien adaptado y que no sufre problemas de socialización), me han llevado a espiarlo en el patio (no he encontrado nada raro) y a consultarlo con su neuropediatra (este me ha afirmado que las regresiones son normales ante el cambio de rutina y que desaparecerán cuando se estabilice otra vez su día a día). Entre ellas, está empezando a darse los spasmus nutans que tanto me horrorizan, pero con los que de vez en cuando nos toca aprender a convivir.
Soy consciente de que tengo que convivir toda la vida con estos miedos, con estas conductas, y que por mucho que le anticipemos en casa, estas cosas van a seguir pasando. Que también me pasa cuando empieza un nuevo curso, y me pasará con cada situación que implique un cambio. Además de expresar mis miedos y desahogarme, quería compartirlo con todas aquellas familias que están pasando por lo mismo que nosotros, y también con los que creen que el TEA está sobrediagnosticado y que en verdad no es tan limitante como les parece.
Por otro lado, mi miedo sufre un alivio cuando pienso en los pequeños (grandes) avances de mi hijo en este curso,
Quiero que pasen los días, que no haya cole, que encontremos una rutina dentro de la no-rutina, y que todos estemos más tranquilos.
Mientras tanto, paciencia…
¿Os pasa lo mismo con vuestr@s hij@s TEA? ¡Contadmelo, por favor! Necesito un poco de apoyo…