Ante la catarata de mentiras descaradas del actual presidente del gobierno español, muchos españoles se preguntan ya si Rajoy es todavía mas mentiroso que Zapatero. ---
La brutal subida del IVA recién aprobada, que para muchos artículos y servicios casi se triplica, unida a la supresión de la paga extra de Navidad para los funcionarios y la eliminación de ayudas y deducciones fiscales, como las que permitían desgravar parte del precio de la vivienda, van a generar menos consumo, más desempleo, más pobreza y una parálisis notable de la actividad económica en España, pero Rajoy prefiere todo ese desastre antes que cerrar televisiones públicas que son prescindibles, suprimir las odiadas subvenciones a partidos políticos, sindicatos y organizaciones patronales, eliminar empresas e instituciones públicas que sólo sirven para que las administraciones puedan gastar más, endeudarse sin control y colocar a amigos y militantes y adelgazar el monstruoso Estado español que han construido los políticos, un lastre insoportable para la economía y uno de los más gruesos e irracionales del planeta, plagado de enchufados con carné de partido, que cobran sueldos cada mes sin aportar nada al bien común, sin haber realizado concurso alguno u oposición y sin otro mérito que el de ser familiares o amigos de políticos.
Esa mentira reiterada, interesada y rastrera convierte a Rajoy en un personaje que acumula cada día mas rechazo, desprecio y hasta odio por parte de los ciudadanos más conscientes y preocupados por la crisis. Ese enorme engaño deslegitima al gobierno actual, que ha incumplido ya la casi totalidad de su programa electoral, y, unida a la injusticia que representa que Rajoy haga pagar el grueso de la factura de la crisis a los ás desposeídos y débiles, especialmente a las clases medias y a los trabajadores con nómina, preservando inexplicablemente los privilegios de los políticos y de los millonarios, le convierten en un serio competidor de Zapatero para ganar los títulos de "gran mentiroso" y "gran destructor" de España.
La opción de reducir los privilegios de la clase política proporcionaría al Estado muchos miles de millones de euros, reduciría el déficit y sanearía esta España saturada de instituciones y parásitos inútiles, que pesan como una losa de plomo sobre la economía y la vida diaria del país. España tiene casi medio millón de políticos cobrando del Estado, el triple que Alemania y mas que Alemania, Francia e Inglaterra juntos, un abuso insoportable que el país no puede permitirse por lo que representa de atentado contra la economía y la ética. Adelgazar al Estado suprimiendo al menos 300.000 puestos ocupados por enchufados prescindibles, cerrar televisiones públicas que solo sirven para la propaganda política y el adorno de los políticos, eliminar miles de empresas e instituciones públicas sin sentido, creadas sólo para colocar a amigos y enchufados con carné, y suprimir las subvenciones a partidos políticos, sindicatos, patronales y otras organizaciones adscritas a los partidos políticos, como fundaciones y ONGs fantasmas, proporcionaría al Estado dinero suficiente para cumplir sus objetivos y compromisos con Europa sin tener que aplastar a los ciudadanos con injustas y desproporcionadas subidas de impuestos y recortes de todo tipo, que incluyen bajadas de sueldos, servicios fundamentales como salud, educación y protección de los desvalidos y logros sociales que fueron conquistados con gran esfuerzo en el pasado.