Este tema me pone de muy mala leche. Acabo de leer en La Vanguardia una nota del día 22 que detalla algo que están a punto de hacer en Noruega.
Mientras dejo que se me pase el cabreo por la forma en que nos engañan todos los partidos que gobiernan el país y mientras soy capaz de pensar de pensar con claridad para no decir ninguna barbaridad… te pego aquí el texto completo publicado. Por favor, léelo y no te pierdas detalle.
Así nos va
Noruega amplía a 14 semanas el permiso de paternidad
La licencia para padres logra que los hombres participen más en la crianza de los hijos | La iniciativa reduce las diferencias entre hombres y mujeres en el mundo profesional
Vida | 22/10/2012 – 00:54h
Mientras en el sur de Europa no se habla más que de subidas de impuestos y recortes de prestaciones, los ciudadanos del extremo norte del continente todavía tienen la suerte de oír buenas noticias. Lo son las que recibieron hace pocos días las familias noruegas, que a partir de julio del próximo año podrían ver ampliado su ya extenso permiso al tener hijos.
Este pasará de las 47 semanas con sueldo completo actuales a un total de 49 (o de 57 a 59 si se acepta percibir sólo el 80% del salario). Aunque la verdadera novedad no está tanto en la ampliación de la prestación en su totalidad como en el matiz de que las 12 semanas que hasta ahora estaban reservadas exclusivamente para el padre pasarán a ser 14.Esta parte de la prestación no puede ser transferida a la madre. Es decir, si el hombre renuncia a quedarse en casa con su recién nacido por el motivo que sea y decide seguir yendo a trabajar, las semanas que le corresponden se perderán y la madre no podrá disfrutar de ellas en su lugar. La mujer, por su parte, tiene otras 14 semanas reservadas para ella sola, mientras que la pareja tiene total libertad para repartirse el resto de la prestación como mejor le parezca.
La propuesta, presentada hace dos semanas por el Gobierno, será votada el próximo mes de diciembre en el Parlamento, aunque el Ejecutivo que lidera el socialdemócrata Jens Stoltenberg no debería encontrar dificultades para aprobarla.
Cabe recordar que, en España, el subsidio total por maternidad es de 16 semanas, lo que deja patente lo alejado que queda nuestro sistema del de los países nórdicos, que, no por casualidad, también disfrutan de una natalidad mucho más elevada y una participación de las mujeres en el mercado laboral prácticamente igual a la de los hombres.
Los países escandinavos, de hecho, fueron pioneros en introducir medidas sociales para proteger la maternidad. A mediados de los 70, sin embargo, empezaron a dar importancia a que el hombre también pudiera disfrutar de al menos una parte de la prestación, tanto para lograr su mayor participación en la crianza de los hijos y las tareas domésticas como para acortar la distancia que separa a hombres y mujeres en el mundo profesional, y que en gran medida se debe a la maternidad. Viendo, no obstante, que esto no era suficiente, a mediados de los 90, se empezó a reservar una parte de la prestación sólo para el hombre, la denominada “cuota para el padre”.
Si bien Noruega y Suecia fueron los primeros países en introducirla, Islandia marcó la diferencia cuando en el año 2000 implementó un sistema que distribuye el permiso en tres partes iguales: tres meses para la madre, tres meses para el padre y otros tres meses para repartir entre los dos.
Desde entonces, Noruega ha puesto en marcha varias ampliaciones que ahora culminarán con la nueva extensión a 14 semanas, con la que pasará por delante de Islandia y se convertirá en el país del mundo con la cuota más extensa. Suecia, en cambio, ha preferido optar por el método de los incentivos al aprobar un sistema que bonifica económicamente a las parejas que decidan libremente dividirse entre los dos el permiso.
Aunque no todo el mundo está de acuerdo con este tipo de medidas. Mientras algunos ven en ellas el modo de eliminar obstáculos en la carrera profesional de la mujer y avanzar hacia “la igual representación de ambos sexos en la política y en la economía”, sobre todo en el caso de la cuota, según destaca el experto noruego Øystein G. Holter, a otros les parece una intromisión indebida del Estado en la libertad de las familias. Según los más críticos, deben ser los padres los que decidan cómo quieren organizar su paternidad en lugar de dejar que sea el Estado el que tome el control sobre sus decisiones.
Sea como sea, las cifras hablan por sí solas, y el liderazgo mundial de los países nórdicos en materia de igualdad evidencia que estas medidas funcionan. En Noruega, por ejemplo, el número de mujeres en el mercado laboral empezó a incrementarse acentuadamente a partir de los años 70 y hoy es casi el mismo que el de los hombres, situación todavía lejana en países como España.
Las mujeres noruegas, sin embargo, siguen cobrando un 15% menos que los hombres, debido tanto al tipo de empleo que ejercen como a que muchas de ellas optan por la media jornada para compatibilizar el trabajo con la atención a la familia.
Aun así, en las últimas dos décadas se ha registrado una cierta disminución de la media jornada entre las mujeres y un aumento entre los hombres, lo que demostraría que las medidas de igualdad implementadas están dando resultados. Otros estudios también resaltan que, si bien las mujeres siguen empleando más tiempo que los hombres en las tareas domésticas, esta diferencia también se está acortando cada vez más.
Más allá de la igualdad, las generosas prestaciones por maternidad nórdicas se han visto siempre como la causa de que la natalidad en estos países sea mucho más alta que en el resto de Europa, cuya media es de 1,59 hijos por mujer, según datos del 2009. Con una tasa de fertilidad de 2,2, Islandia se sitúa a la cabeza, seguida de cerca por Noruega, cuya tasa fue de 1,88 en el 2011.
Aunque en gran parte de estos países estas cifras no han aumentado sino que se han mantenido estables durante los últimos años, está claro que la natalidad nórdica se encuentra en las antípodas de la de países como España, Italia o Portugal, donde se ha estancado alrededor de los 1,4 hijos por mujer.
Muy alejadas de los problemas del sur, sin embargo, también están las cuentas públicas de Noruega, donde la buena gestión de los recursos petrolíferos ha mantenido al país completamente al margen de la crisis
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