Un thriller psicológico, para el que contar con Luis Tosar ha sido acertadísimo. Me llego a creer los complejos, las dudas, los miedos, y la falta de química en el cerebro de este sociópata. La frescura, la delicadeza, la sonrisa y la enorme belleza que aporta Marta Etura, redondean bastante bien las actuaciones. Quizás el único que resulta desentonado y poco creíble sea Alberto San Juan (muy encasillado por "El otro lado de la cama"). Me quedo con la primera frase del film: "...no os imagináis lo que es levantarse cada día sin ninguna motivación; los esfuerzos que tengo que hacer para encontrar una razón, sólo una, para no mandarlo todo a la mierda. Y os aseguro que pongo todo mí empeño en ello, todo, todos los días de mí vida". Os dejo, como siempre, una breve sinopsis:
"César es el portero de un edificio de apartamentos y no cambiaría este trabajo por ningún otro, ya que le permite conocer a fondo los movimientos, los hábitos más íntimos, los puntos débiles y los secretos de todos los inquilinos. Si quisiera podría incluso controlar sus vidas, influir en ellas como si fuera Dios, abrir sus heridas y hurgar en ellas. Y todo sin levantar ninguna sospecha. Porque César guarda un secreto muy peculiar: le gusta hacer daño, mover las piezas necesarias para producir dolor a su alrededor. Y la nueva vecina del 5ºB no deja de sonreír. Entra y sale cada día radiante y feliz, llena de luz. Así que pronto se convertirá en el nuevo objetivo del juego de César. Se trata de un reto personal, de una obsesión". (filmaffinity.com)