El Recuerdo del Amor no puede ser borrado. Ni olvidado. Es Eterno. Es lo que Somos. Lo que nos permite seguir caminando, latiendo, sonriendo, Viviendo. Sólo un instante de Él es suficiente para no desfallecer. Por muy muertos que nos creamos. Por muchas cicatrices que tengamos. Por muchas lágrimas que contengamos.
Todos tenemos un espacio Dentro que permanece inalterable, que nada ni nadie puede mancillar, ni siquiera nosotros mismos. Un lugar Sagrado que Ilumina nuestros miedos, nuestras inseguridades. Que abriga el temblor de las heridas que llevamos tantos Tiempos arrastrando. Una Fuente Divina de la que nuestro Corazón se nutre para que no se ‘pare’ al Ver, al Sentir, tanta Inconsciencia, tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta injusticia… ahí Fuera.
Sólo hace falta callar las palabras, apagar los ojos, tapar los oídos y Abrirnos al Silencio que nos habita. A ese sonido tan intenso que nos habla cuando nos permitimos escucharlo. A esa Voz sin forma, sin tono, sin ritmo y sin notas, que se lleva por delante a esos ruidos mentales que tenemos tan Presentes y que nos hacen permanecer tan Ausentes. Aunque sigan hablándonos. Aunque insistan en su inmortalidad. Aunque se paseen por nuestro Cielo. Se quedan sin fuerza, sin energía, sin control, sin poder cuando aparece.
El Silencio, la melodía de nuestra más pura Esencia. Donde se arraiga nuestra Maestría, nuestra Sabiduría, nuestro mapa, nuestra Guía.
Más allá de lo que cuenta tu boca, en la invisibilidad de lo sutil, existe un lenguaje universal que se expresa a través de la mirada hacia lo más íntimo de Ti que sólo aquellos que han tocado la profundidad de su Interior pueden captar, observar, Intuir. Así se manifiestan los Sentires. Los verdaderos. Los que intentamos ocultar, desterrar, abandonar, eliminar sin ningún tipo de éxito. Porque son Energía, igual que nosotros. No puede ser destruida ni falsificada ni olvidada. Igual que nosotros. Que NOSOTROS.
El AMOR… Aquello que nos mantiene en pie cuando nos han (nos hemos) amputado las razones, las motivaciones, los sueños y las ilusiones. Por lo que nacemos y por lo que moriríamos. Lo que nos Hace y por lo que nos deshacemos. La Mano que mece nuestra cuna. El Agua que nos quita la sed de rendición. El Fuego que quema nuestras agonías. El Aire que empuja nuestras alegrías. La Tierra que nos ancla a la Vida.
La Vida, la que todo lo Es. La que todo lo contiene. La que en todos brilla. Aunque nuestro mirar esté distorsionado por nuestras historias. Historias que nos han Creado tal y como somos Ahora. Y que si las borramos… nos borramos también a nosotros.
Si no nos gustamos no es porque tengamos una tara o nos hayan parido o crecido… defectuosos. Es únicamente porque no nos Aceptamos. Y no nos aceptamos debido a unas Creencias individuales y colectivas de perfección, de ‘así son las cosas y así es como tienen que ser contadas, cantadas y elaboradas’. Tanto a nivel terrenal como espiritual.
Nadie ‘tiene que’ ser de tal o cuál manera PARA ser feliz. Nadie ‘tiene que’ seguir unas reglas, unas normas, unos mandamientos o comportarse como dicen algunas Escrituras. SER como Sientes, no como deberías sentir. Ahí está la clave para vivir en Paz, en Libertad. Sin ser esclavos de los demás. Sin ser esclavo de las etiquetas que te han colgado o que te has colgado tú. AUTENTICIDAD.
La Felicidad… Aquello que todas las personas buscamos, deseamos. TODOS anhelamos lo mismo. Aquí no hay papeles que valgan. Ni razas. Ni sexos. Ni edades. Ni fronteras. Somos iguales. En ese fondo al que tanto nos cuesta mirar, SOMOS IGUALES. Y eso nos Une. Eso es lo que nos hace ser compasivos. Ser solidarios. Ser tolerantes. SER HUMANOS.
Si pudiésemos conectar más con esa parte de nosotros tan honesta, tan pura, podríamos empatizar con cada Otro que nos rodea, dejando a un lado los juicios, las condenas, las sentencias, los buenos y los malos, los bonitos y los feos, los gordos y los delgados. Y sólo veríamos BELLEZA, ternura, inocencia, Vulnerabilidad y Amor. AMOR a rebosar. Por todas partes. En los árboles, en los amaneceres, en los soles, en las lunas, en las estrellas, en las lluvias, en las tormentas, en los animales, en las juventudes, en los ancianos, en las rabias, en las indiferencias, en los llantos, en los mares, en las músicas, en los bailes, en las cegueras, en las impotencias, en las culpas, en las cojeras. En las luces. En las sombras. En los polvos que echamos y en los que nos han Creado.
La Separación sólo es la proyección de una mente manipulada por el miedo a dejar de Ser, a dejar de Existir. Porque si Tú y Yo Somos Uno, Emma ¿quién es? Y en ese apego a mi nombre, a mi personalidad, a mi ‘identidad’, es cuando surge la necesidad de la DIFERENCIA entre Nosotros.
Y de aquí… a las guerras (internas y externas) por la supervivencia de lo que no es Real.
Aunque no te acuerdes… el Recuerdo de lo que fue, de lo que es y de lo que será, siempre está en Ti.
Una cosa es Olvidar el Amor y otra muy diferente es Saber, querer y atreverte a Amar.
¿Cómo Olvidar lo que ya estás Siendo?
¿Cómo Regresar a un Hogar del que nunca te fuiste?
Archivado en: SENTIRES Tagged: amor, silencio