Mientras las piernas me aguanten, voy a ser cabrero

Publicado el 21 octubre 2014 por Elcabrero @JoseELCABRERO

Cuando, a principios de los ochenta, un conocido crítico de flamenco sentenció que El Cabrero sería el cantaor de la transición, acertó: octubre 2014 y la transición aún no se ha hecho porque siguen en los puestos de poder los herederos del régimen franquista.

Pero los tiros apuntaban a otra diana: El Cabrero era una estrella fugaz, un artista de paso ya que su fulgurante popularidad se debía, según el gurú cordobés[1], a factores ajenos al arte. A saber,  su atípico atuendo e “impresionante” aspecto físico. (sic)

Mi querido Cabrero acaba de cumplir 70 años y 42 en los escenarios, con el mismo proyecto y actitud de su primer recital, y sin haber perdido nunca ese sitio de privilegio que el Cante Jondo y la afición otorgan sólo a sus elegidos.

En 1974 produje su primer recital en solitario, en el Teatro de l’Atelier, de Ginebra y, hace sólo 10 días, un concierto en el Festival de Marne, en París. Frente a la inexperiencia de entonces, la maestría de hoy pero idéntico su compromiso con el cante por derecho y con su entorno social. Y ahora, como en su debut, su figura rotunda, sin tapujos, reivindicando rabiosamente su independencia frente a los poderes, del color que sean.

Esta mañana, igual que siempre, se levantó poco antes de salir el sol para ir a ordeñar sus cabras, ahora sólo una pequeña tropa. Como se hizo el remolón cuando sonó el despertador, le pregunté si estaba cansado y me respondió que le hubiera gustado dormir un par de horas más. Le recordé que, tarde o temprano, tendría que dejar el ganado: “Ya tengo una edad pero, mientras las piernas me aguanten, voy a ser cabrero… ¡Más que las cabras me cansan los viajes y mientras me acompañe la voz y el público voy a seguir siendo cantaor! Yo soy feliz así, haciendo lo que me gusta! Y me vino al recuerdo aquella nota de Paco Vallecillo: “Los que necesitan tan poco para sentirse felices no tienen precio, porque no se ponen en venta y, si logran transmitir su mensaje y sus valores al público y éste los sigue, son muy molestos para el poder y el castigo será siempre proporcional al fervor que despierten y a la popularidad que alcancen”

El Cabrero, agosto 2013 (Foto de Juan Pablo Pereda)

Con motivo de su 70 cumpleaños muchos le habéis escrito y ha sido emocionante para él y para quienes lo queremos. Yo tengo por costumbre regalarle una nueva canción por estas fechas. La comparto con vosotros, con mi agradecimiento, porque vuestro apoyo ha logrado vencer, a través de los años, el ostracismo al que lo condenaran los poderes políticos y mediáticos cuando se dieron cuenta de que “su propia disconformidad le servía de alimento”

(Para El Cabrero en su 70º cumpleaños)

No lo hago por capricho
al escoger, de las aguas,
para mi sed, la que escupe
el risco de la montaña
Nunca me gusto beber
en corrientes que se estancan

Y no es por casualidad
si busco, entre los caminos,
los que están mu poco andaos,
como hace el macho cabrío.
A veces pienso que lo hago
Pa protegerme mí mismo.

Tampoco por provocar
voy a cantar lo que siento
Si estoy contento lo digo
si estoy triste me lamento
si me avasallan denuncio
si me oprimen me rebelo

Porque nací de persona
con dignidad y sentimientos
¿Pa qué me sirve la voz
si no canto lo que pienso?
Si me callara algún día
será porque ya esté muerto.

Elena Bermúdez

[1] Agustín Gómez


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