MIÉRCOLES DE CINEPor María Jesús Mayoral Roche
El miércoles al cine. El Gran Gatsby en 3D. Qué decir de una película anunciada a bombo a platillo, protagonizada por DiCaprio y con un tráiler de promoción que impactaba directamente en la retina. No defrauda y gana más en 3D, es lo que una espera al sentarse en la butaca y calarse las gafas para ver una producción que no ahorra en detalles y derrocha en decorados. El Gran Gatsby no descubre nada nuevo, el tema es ya conocido por todos, la clásica historia de amor basada en el ensueño de lo que pudo ser y no fue; pero la realidad, como siempre, triunfa sobre el sueño, más sobre el sueño americano. Y queramos o no, cuando se vive en y por la pasión, ésta siempre acaba matando; sin embargo algunos prefieren consumarla antes que seguir viviendo en el asfixiante platonismo. Otro tema que aborda El Gran Gatsby, colocándolo como telón de fondo, es el aburrimiento de los ricos. Cuando los ricos se aburren necesitan emociones más fuertes, salir del entorno, tratar con pobres divertidos, desafiar al destino y comprar a quien sea y lo que sea para conseguir sus propósitos. Este punto lo trata muy bien Baz Luhmann, el director; sin embargo uno puede no captar este detalle durante la proyección. Digo esto porque es tal el derroche de decorados, música, vestuario y estética en general, que el espectador puede perderse en la recreación y en la puesta en escena.Y como punto final decir lo que siempre digo sobre los sinvergüenzas y perdularios, que aún siendo delincuentes, siguen siendo infinitamente más honrados que algunos ricos. Viendo esta superproducción quizá se pueda pensar -de hecho algunos han criticado- que el director se valga de la novela de Fitzgerald para hacer un Gatsby al más puro estilo Luhrmann, es decir, con todo tipo de extravagancias. Una vez más ha habido división de opiniones en la crítica, lo que quiere decir que lo subjetivo triunfa cada día más. Por mi parte debo decir que en una gran superproducción cabe todo, por eso también cabe admitirlo todo. Reconozco que a mí me puede la estética en todo y en este punto, El Gran Gatsby también me ha podido.