MIÉRCOLES DE CINEPor María Jesús Mayoral Roche
El miércoles al cine. Inch'Allah. La realidad cotidiana que se vive en Ramala sin poner ni quitar nada, quiero decir al margen de la política o la religión. Y es que el conflicto palestino-israelí es un problema de territorio, y para hacerse con el total control del mismo nada mejor que ahogar al enemigo en sus propias fronteras. Esto es así, es lo que está pasando en Ramala y lo ha sabido reflejar magníficamente la directora de la película, Anaïs Barbeau-Lavalette.Quienes seguimos de cerca este conflicto y hemos acudido a algunas de las charlas que dan los cooperantes de Naciones Unidas, sabemos por lo que están pasando los palestinos en Ramala. Estos testimonios están exentos de cualquier predilección o tinte político, simplemente se limitan a exponer en qué condiciones tienen que trabajar los cooperantes; porque hasta para ellos resulta penoso entrar allí, dadas las trabas que les ponen. Está pasando lo que está pasando y occidente sólo se dedica flirtear, occidente conoce el sufriendo de un pueblo y sólo sabe poner paños calientes. Esta actitud también queda reflejada en Inch'Allah. Y cuando digo pueblo me estoy refiriendo a su gente, no me estoy refiriendo a los gobernantes palestinos, que en buena medida han sido unos gobernantes corruptos y en otra han sido activistas, por llamarlo suavemente.Inch'Allah es una película que no se recrea en el drama, en las muertes violentas; sino más bien expone el grado de impiedad que puede llegar a alcanzar el ser humano. Y es aquí donde los individuos se retratan. Por otra parte y esto me parece muy importante, la película da la clave y los motivos que impelen a la inmolación: nacer en Ramala es venir muerto al mundo. Y que conste que diciendo esto no estoy justificando la inmolación; pero viendo esta película el espectador sacará sus propias conclusiones. Y mientras unos viven diariamente en la miseria un drama, otros se aplican a estimularlo justificándose: es la guerra. Es la guerra y nadie cede, todo vale; y en ese todo vale crece el odio y se fortalece, haciendo que unos vivan en la miseria y los otros en el terror.Inch'Allah expone, como ya he dicho antes, lo que está pasando en Ramala; pero además lo hace poniendo sonidos, pintando la miseria, describiendo la simplicidad de los que sólo pretenden sobrevivir y ni siquiera les dejan. Por todo esto Inch’Allah es una buena película, pero también podría servirnos como documental.