Recupero esta receta porque con ella participo en el concurso "Un país para comérselo".
Las Migas son el plato típico por excelencia en Castilla La Mancha. Es un plato muy completo y con consistencia por la variedad de cosas con las que se pueden acompañar.
Este es uno de mis platos favoritos, yo diría que ocupa el primer lugar en mi lista de comidas preferidas. Se lo dedico a mi Madre. No he probado unas migas más ricas que las suyas y os aseguro que las he comido en muchos sitios. Si alguna vez como migas fuera de casa, me acuerdo de ella y comparo esas migas con las suyas.
Es un plato fácil de hacer. Con lo único que hay que tener cuidado es con el agua, ya que de la cantidad de agua que echemos, depende el resultado final. Deben quedar sueltas, por eso hay que tener cuidado con el agua, no sea que estropeemos la comida.
En mi casa ponemos en el centro de la mesa los platos con los ingredientes para acompañar las migas y cada uno se va echando en su plato de lo que le apetece (huevo frito, chorizo, morcilla, sardinas, uvas, melón, pimiento verde frito en tiras, pimiento rojo seco y frito, torreznos...). He de decir que las uvas le van muy bien a las migas.
Hay quién se come las migas que sobran al día siguiente con un poco de leche. Migas Canas, que se llaman.
Y aquí va la receta para 5 personas:
Ingredientes:
500g de pan picado (yo lo compro picado en la panadería, aunque también lo venden picado en algunos supermercados)
1 Cabeza de ajos
5 Pimientos verdes
5 Pimientos rojos secos
Morcillas Negras
Chorizos
5 Huevos
1 Racimo de Uvas
1kg de sardinas
Aceite de Oliva Virgen Extra
Sal
1 vaso de agua (en total)
Preparación:
Por la noche se echan las migas en un recipiente grande y se humedecen con medio vaso de agua, que echaremos poco a poco a modo de lluvia. Mezclar bien las migas con el agua moviéndolas mucho con las manos. Tapar con un paño.
Al día siguiente, freímos los ingredientes y los reservamos en platos o fuentes para colocarlos en el centro de la mesa.
En un poco del aceite de freír los pimientos verdes, se fríen los ajos sin pelar y con un corte en el medio. Nosotros le echamos muchos porque nos gustan los ajos fritos.
Cuando estén fritos, se sacan de la sartén. El aceite no debe estar muy caliente ahora porque le vamos a echar todo seguido y en este orden, el medio vaso de agua (no os preocupéis que no salta), sal y las migas. Se mueven bien a fuego medio-alto. Por eso es mejor hacerlas en una sartén alta, por las vueltas que se le dan de abajo a arriba. Cuando se hayan mezclado bien con el aceite, se echan los ajos y se les da más vueltas con una cuchara de palo. Como dice el refrán: "las migas del pastor, cuantas más vueltas, mejor".
Cuando estén doradas, se apartan y se emplatan. Luego cada persona se echa en su plato lo que quiera para acompañarlas.
En algunos sitios de la Mancha deshacen un pimiento rojo seco y frito hasta dejarlo casi como el polvo, para mezclarlo con las migas cuando ya están doradas y darles así un color rojizo.