Migración: Caribúes y humanos

Por Cooliflower

Un estudio aparecido en ScienceDaily ha demostrado cómo “la predicción y magnitud de los cambios estacionales en un hábitat, ayuda a determinar la distancia a la que se mueven las especies migratorias y si los animales siempre viajan juntos al mismo lugar o de forma independiente a diferentes lugares”. ¿Suena a sánscrito pronunciado al revés? Ahora lo explicamos.

El artículo de ScienceDaily, hablando en llano castellano, expone cómo las especies se trasladan a mayor o menor distancia dependiendo de sus necesidades. Algunos animales, como los caribús, viajan grandes distancias para encontrar alimento, mientras que las gacelas de Mongolia, cuyo hábitat es menos predecible, se dispersan en diferentes direcciones. Básicamente, los investigadores confirman que los animales cambian de ruta no porque les apetezca hacer un tour por los fiordos noruegos, sino por supervivencia. El caribú (un tipo de reno), que empieza a ver su perilla en Wikipedia junto a la palabra “extinto” (su población desciende drásticamente por las primaveras tempranas en el Ártico), debe de migrar para ganarse el pan (sustituya pan por líquen).

Y mire usted por donde, el titular ha coincidido con el de otra migración: se ha establecido un nuevo record de inmigrantes irregulares vía marítima. El ya tradicional “deporte de riesgo” del cayuco ha crecido: las excitantes revueltas africanas (siempre que los exiliados no vengan a mi país) aumentan los desembarcos. La migración predecible es impredecible si eres una gacela de Mongolia o te encañonan contra la pared. Y aunque en el mundo animal no exista la migración por diferencias políticas, caminamos de la mano en traslados forzados por el cambio climático. Para el año 2050, si nada cambia, habrá 200 millones de humanos desplazados. En esa fecha, seguramente, ya no queden caribúes.

Lo que nos diferencia como animales es que nosotros sabemos cómo actuar para evitar los desastres. En fin… Si apetece y queda un rato libre.

Una canción que no tiene nada que ver con los caribúes, salvo el estribillo y el título, tras el salto. Porque tú lo vales.