Migraciones en el presente: una introducción al tema

Publicado el 02 septiembre 2019 por Jmartoranoster

Ana Cristina Bracho

En agosto de 2018 destinamos varios artículos al fenómeno migratorio. Al leerlo, observábamos cómo este constituye una preocupación creciente para el Derecho, como ha alcanzado records histórico en el presente y cómo, en el caso venezolano, es el resultado de las acciones que se han ejecutado sobre el país. Un año después la migración sigue ocupando las primeras páginas del mundo que observa la política de “Tolerancia 0” de Donald Trump, la crisis del Mediterráneo y que reporta los movimientos migratorios suramericanos centrados en los que protagonizan los venezolanos.
En una primera aproximación veremos que la migración es una situación que tensa la máxima que establece que todas las personas son iguales, tienen los mismos derechos y cuentan con la posibilidad de desplazarse, al confrontarla a la idea de que los Estados, dentro de su soberanía, pueden decidir qué personas reciben y que trato les dan. En este tema, más allá del derecho a entrar, permanecer o abandonar un país comienza a observarse que la movilidad es un campo donde existen muchas categorías y que el tratamiento que reciben varía profundamente en relación a cuál sea su condición.
Así las cosas, un migrante es toda persona que se encuentra en un país distinto a aquél donde nació de manera ininterrumpida, haciendo su vida, por un lapso de al menos un año. La migración puede ser por razones laborales, por razones económicas, por razones políticas –aquí veremos el refugio y el asilo-, de estudio, de reagrupamiento familiar. Los inversionistas o titulares de capitales importantes que se instalan en el extranjero aunque puedan entrar en esta categoría no suelen recibir el tratamiento de migrantes.
Dentro de las migraciones económicas, las migraciones laborales son las únicas que han disminuido porque estas figuras se observaron con mucha más fuerza en el siglo XX, sobretodo en el contexto de la posguerra, donde se empleaban grandes grupos de extranjeros para que realizaran un trabajo o se unieran a una labor, cuyos términos se pactaban antes del desplazamiento, creciendo las migraciones económicas que se dan con menos seguridad sobre cuál es el destino así la aspiración sea lograr alcanzar un espacio de trabajo.
Ahora bien, lo que distingue a cuál categoría pertenece una persona extranjera es el Derecho que aplica el país de recepción. Los estatus de refugio y asilo suelen regirse por lo dispuesto en el Derecho de Ginebra pero sus normas se desarrollan en la legislación nacional, que también suele incluir cuáles son las otras categorías que acepta y bajo cuáles exigencias.
Puede, en la realidad, una persona estar en una situación que  involucre varias de estas categorías o intentar desplazarse entre ellas. Por ejemplo, si entró a un país por medio de un reagrupamiento familiar y empieza a estudiar o a trabajar.
Leer las migraciones en el presente
En el presente, siguen los Estados Unidos y Europa siendo los principales destinos de las poblaciones migrantes. Sin embargo, existen cambios en las rutas de los migrantes que se reflejan en los datos que publican las Naciones Unidas porque en el presente, aumentan las migraciones que se dan dentro de los mismos continentes. Así, Estados Unidos recibe hoy más población latinoamericana que proveniente de Italia, Irlanda o China desde donde en el pasado llegó mucha gente.
Esto nos configura como puntos de gran tensión la zona del mediterráneo que es el paso para los migrantes del Magreb, así como la desértica parte sur de los Estados Unidos. Otro punto importante, es Rusia que recibe una significativa cantidad de migrantes económicos de los países vecinos.
Ahora, los análisis que intentan determinar las razones de las migraciones humanas las asocian con las diferencias que existen entre los países. En especial, en lo referido a los niveles de desarrollo humano. Los cuales se miden considerando la esperanza de vida, el nivel de educación y la calidad de vida en cada país. También configuran nuevas formas de economía, principalmente determinadas por las remesas que vienen a ser un factor importante para los indicadores de los países que tienen grandes poblaciones emigrantes.
Si esto suele generar un regreso de dinero, especialistas como Catherine de Wenden de Sciences Po, explican que los migrantes aumentan la migración porque el fenómeno estimula la salida de otras personas que aspiran enviar dinero como aquellos que les precedieron, o, reencontrarse con quienes se han ido. Por lo cual, salvo algunos casos, principalmente de chinos que trabajan en el extranjero para enviar dinero para invertir en el sureste de su país, la migración suele alentar a otros a partir y no se hace con la aspiración de regresar.

Abogada especialista en Derecho Público y Derechos Fundamentales con más de diez años de experiencia en materia de investigación jurídica.  

 

En agosto de 2018 destinamos varios artículos al fenómeno migratorio. Al leerlo, observábamos cómo este constituye una preocupación creciente para el Derecho, como ha alcanzado records histórico en el presente y cómo, en el caso venezolano, es el resultado de las acciones que se han ejecutado sobre el país. Un año después la migración sigue ocupando las primeras páginas del mundo que observa la política de “Tolerancia 0” de Donald Trump, la crisis del Mediterráneo y que reporta los movimientos migratorios suramericanos centrados en los que protagonizan los venezolanos.
En una primera aproximación veremos que la migración es una situación que tensa la máxima que establece que todas las personas son iguales, tienen los mismos derechos y cuentan con la posibilidad de desplazarse, al confrontarla a la idea de que los Estados, dentro de su soberanía, pueden decidir qué personas reciben y que trato les dan. En este tema, más allá del derecho a entrar, permanecer o abandonar un país comienza a observarse que la movilidad es un campo donde existen muchas categorías y que el tratamiento que reciben varía profundamente en relación a cuál sea su condición.
Así las cosas, un migrante es toda persona que se encuentra en un país distinto a aquél donde nació de manera ininterrumpida, haciendo su vida, por un lapso de al menos un año. La migración puede ser por razones laborales, por razones económicas, por razones políticas –aquí veremos el refugio y el asilo-, de estudio, de reagrupamiento familiar. Los inversionistas o titulares de capitales importantes que se instalan en el extranjero aunque puedan entrar en esta categoría no suelen recibir el tratamiento de migrantes.
Dentro de las migraciones económicas, las migraciones laborales son las únicas que han disminuido porque estas figuras se observaron con mucha más fuerza en el siglo XX, sobretodo en el contexto de la posguerra, donde se empleaban grandes grupos de extranjeros para que realizaran un trabajo o se unieran a una labor, cuyos términos se pactaban antes del desplazamiento, creciendo las migraciones económicas que se dan con menos seguridad sobre cuál es el destino así la aspiración sea lograr alcanzar un espacio de trabajo.
Ahora bien, lo que distingue a cuál categoría pertenece una persona extranjera es el Derecho que aplica el país de recepción. Los estatus de refugio y asilo suelen regirse por lo dispuesto en el Derecho de Ginebra pero sus normas se desarrollan en la legislación nacional, que también suele incluir cuáles son las otras categorías que acepta y bajo cuáles exigencias.
Puede, en la realidad, una persona estar en una situación que  involucre varias de estas categorías o intentar desplazarse entre ellas. Por ejemplo, si entró a un país por medio de un reagrupamiento familiar y empieza a estudiar o a trabajar.
Leer las migraciones en el presente
En el presente, siguen los Estados Unidos y Europa siendo los principales destinos de las poblaciones migrantes. Sin embargo, existen cambios en las rutas de los migrantes que se reflejan en los datos que publican las Naciones Unidas porque en el presente, aumentan las migraciones que se dan dentro de los mismos continentes. Así, Estados Unidos recibe hoy más población latinoamericana que proveniente de Italia, Irlanda o China desde donde en el pasado llegó mucha gente.
Esto nos configura como puntos de gran tensión la zona del mediterráneo que es el paso para los migrantes del Magreb, así como la desértica parte sur de los Estados Unidos. Otro punto importante, es Rusia que recibe una significativa cantidad de migrantes económicos de los países vecinos.
Ahora, los análisis que intentan determinar las razones de las migraciones humanas las asocian con las diferencias que existen entre los países. En especial, en lo referido a los niveles de desarrollo humano. Los cuales se miden considerando la esperanza de vida, el nivel de educación y la calidad de vida en cada país. También configuran nuevas formas de economía, principalmente determinadas por las remesas que vienen a ser un factor importante para los indicadores de los países que tienen grandes poblaciones emigrantes.
Si esto suele generar un regreso de dinero, especialistas como Catherine de Wenden de Sciences Po, explican que los migrantes aumentan la migración porque el fenómeno estimula la salida de otras personas que aspiran enviar dinero como aquellos que les precedieron, o, reencontrarse con quienes se han ido. Por lo cual, salvo algunos casos, principalmente de chinos que trabajan en el extranjero para enviar dinero para invertir en el sureste de su país, la migración suele alentar a otros a partir y no se hace con la aspiración de regresar.

Abogada especialista en Derecho Público y Derechos Fundamentales con más de diez años de experiencia en materia de investigación jurídica.