Migrar,
semillando paciencias.
Es un comienzo
Mi abuela se trajo la luna amarilla
quería verla lucir en otro suelo
La huella de los ancestros
ese gesto involuntario
En el corazón, el viaje dura
lo que toda expedición
Escondida
en las maletas
junto al idioma patrio
las bellas palabras,
del idioma
solo relucientes los domingos
de descanso
El primer mandamiento
será reconocer a Dios
como a ti mismo
bajo otro formato
Lo que te abrirá bien
los ojos
después de todo
será la luz
Copiar lo bueno, te servirá
para alejarte de lo impropio
No necesitas
ser muy sagaz
para reconocerlo
En el mar antiguo y familiar
no seremos fantasmas
por venir de lejos.
Vendremos con nuestras
reservas
Crujirán nuestros huesos,
como los de todos.
Mandamiento del medio
celebrar que estamos vivos
Con locura o mesura
siempre sorprendernos
de la bestia
que llevamos dentro
Y el último
¡No matarás!
Ese si cuenta,
aunque no soportes
el nuevo orden
de las cosas
Afrontaremos
con valor ganador
nuestras adversidades
Vuelve a despegar
En tu corazón
siempre, siempre
habrá espacio libre