Todo empezó cuando declaró públicamente que fumaba, bebía y salía… o fue cuando apareció, nada más ser fichado con unos cuantos kilos de más en la Ciudad deportiva de Paterna, o cuando la báscula siempre le ganaba después de un parón vacacional… El caso es que Miguel se ha echado a perder. El brillante futbolista es una sombra de lo que se vio en su primera temporada como valencianista y ni el Mundial de Sudáfrica parece que vaya a hacerle cambiar su manera de jugar al fútbol.
Con Miguel Brito en el once y sin Mathieu el Valencia CF juega sin laterales. Bruno se ve obligado a jugar fuera de su sitio y el portugués convierte su demarcación en toda un autopista hasta César. Emery prefiere mirar hacía otro lado y esperar que el luso demuestre su calidad sobre el terreno de juego. Sin embargo cuando el lateral quiere, la gasolina no le llega para más de 45 minutos. Los rivales lo saben, por lo que el flanco derecho se ha convertido en el talón de Aquiles del club de Mestalla.
Una auténtica pena lo de Miguel. Sin embargo es necesaria su baja en el Valencia. Sería un auténtico desastre deportivo que permaneciera un año más en Mestalla. Evidentemente que el club tiene que hacer todo lo posible para no devaluarlo, pero, sin que esto implique una merma de puntos para el equipo blanquinegro.