Miguel buiza fernández-palacios, almirante de la flota republicana

Por Benito Sacaluga

Miguel Buiza Fernández-Palacios representa como nadie a los marinos españoles que permanecieron leales a la República. Su incondicional lucha contra los facciosos en la Guerra de España y después de ésta contra los nazi alemanes y los fascistas italianos le hace merecedor de publico homenaje, pero la realidad es que en España y por diversas causas, todas ellas injustificables hoy, nunca hemos sabido ensalzar la memoria de tantos y tantos marinos que permanecieron fieles a sus compromisos de lealtad con la República.

Miguel Buiza Fernández-Palacios (1898-1963).


Acorazado "Pelayo"
(1888-1924)

Miguel Buiza nació en Sevilla, en 1898, hijo de Juan Buiza Lavin y Teresa Fernández-Palacios Labrana, en el mismo año en que España perdía las colonias del Caribe, junto con su Escuadra, a manos de los Estados Unidos. Buiza no procedía de una familia de marinos, pero su vocación fue temprana. Con 18 años ingresa en la Armada como aspirante, tras dos años se convierte en guardiamarina, solo dos años después (1920) ya es Alférez de Fragata, contaba 22 años de edad. Un año después, consigue los galones de Teniente de Navío tras superar los estudios y horas de mar necesarias a bordo del "Cañonero Laya", el crucero "Reina Regente", acorazado "Pelayo" acorazado "España" y acorazado "Alfonso XIII". Tras alcanzar el grado de Teniente de Navío. presta servicio en los cruceros "Reina Victoria Eugenia" y "Blas de Lezo".
En 1930 es nombrado comandante del "Torpedero nº 9" (Flotilla de Ferrol), cargo que ocupa hasta 1932, año en el que viaja a Lieja (Bélgica) a cursar estudios de Hidrografía. A su vuelta a España es nombrado jefe de los Servicios Hidrográficos del Estado Mayor de la Armada, ya con la categoría de capitán de corbeta. En 1934, y a las órdenes del coronel Capaz, sirve en Ifni tras la ocupación española de ese territorio africano. A su regreso a España, es nombrado comandante del remolcador de altura "Cíclope", buque integrado en la Base Naval de Cartagena, destino que ocupa cuando se produce la sublevación militar del 18 de julio de 1936.
El Gobierno de la República sabía de la valía personal y profesional de Buiza, del respeto y afecto que le tenían las tripulaciones de todos los barcos por los que había pasado, todo ello sin menoscabo de su capacidad de mando, tanto era así que el 19 de julio toda la tripulación del "Cíclope" se opuso decididamente a que Buiza fuese detenido como sospechoso de ser partidario de la sublevación. En base a esa confianza y a su probada preparación, el Gobierno le destina como comandante del crucero "Libertad". Menos de un mes y medio después, el 31 de agosto de 1936, Buiza es nombrado Jefe de la Flota, en sustitución de Fernando Navarro Capdevila, convirtiéndose así en el primer capitán de corbeta con rango de almirante, además de comandante interino del crucero "Libertad", puesto éste último del que es relevado al poco tiempo para poder dedicarse íntegramente a la jefatura de la Flota.

Crucero "Libertad"

Como Jefe de la Flota, Buiza se enfrenta a un panorama muy complicado, por un lado con el despotismo y falta de preparación en asuntos de guerra naval del Ministro de Marina, Indalecio Prieto, por otro con la desconfianza de las dotaciones hacia los miembros del Cuerpo General, por otro con la enorme influencia que los Comités de los buques ejercían sobre las decisiones a tomar en cuanto a acciones de combate y otras cuestiones que afectaban, en demasía y en sentido negativo,  a la disciplina a bordo.

Bruno Alonso Gonzalez
Comisario General de la Flota

En relación con el ministro de Marina, Buiza llega a enfrentarse a sus decisiones, en particular la de la marcha de la Flota al Cantábrico en septiembre de 1936, oposición compartida por Prado Mendízabal, Jefe de Operaciones de la Flota. Enfrentamiento muy especialmente puesto de manifiesto con ocasión del hundimiento del destructor "Almirante Ferrándiz", llegando en este caso a responsabilizar a Indalecio Prieto de esta tragedia por haber dejado solos al "Ferrándiz" y al "Gravina" en aguas del Estrecho, y además sin cobertura aérea de aviones de reconocimiento, Miguel Buiza, indignado por lo sucedido al "Almirante Ferrandiz" y al "Gravina" elevó una protesta al ministro de Marina y Aire denunciando la falta de información aérea que tenían los barcos sobre los movimientos de los buques enemigos, "…información pedida con insistencia y prometida sin resultado, que hubiera evitado el sacrificio estéril de la dotación heroica del destructor Almirante Ferrándiz”, protesta a la que el ministro responde con evasivas, alegando falta de medios. Solo después de que Indalecio Prieto, ministro de Marina disolviese los Comités y nombrase a Bruno Alonso como Comisario General de la Flota, se suavizaron algo las tensiones entre Prieto y Buiza.
Buiza se acerca inteligentemente a Bruno Alonso y ambos colaboran eficazmente, Alonso impone hábilmente la disciplina, el sentido del deber y la moral de combate entre las dotaciones, permitiendo así que Buiza pueda ejercer sin cortapisas el alto mando que le otorgan los cuatro galones con las estrellas de cinco puntas que luce en las bocamangas de su uniforme. Bajo su mando la totalidad de la Flota enviada al Norte regresa a Cartagena sin ningún incidente, burlando a los buques sublevados.

Luis González de Ubieta

Indalecio Prieto se propone rodearse de marinos expertos para ser asesorado en la toma de decisiones, más bien para justificar las suyas, a tal fin crea el Estado Mayor de las Fuerzas Navales de la República, un órgano al que no dota de capacidad de decisión, ya que todas las operaciones han de ser finalmente aprobadas por él. Al frente del EMFNR Prieto pone al capitán de corbeta Luis González de Ubieta, cargo que ostenta hasta octubre de 1937, mes en el que Prieto le nombra Jefe de la Flota, destituyendo de este cargo a Buiza, que pasa dirigir la Defensa Móvil Marítima, pero por poco tiempo, ya que Prieto le nombra Jefe del Estado Mayor de la Marina dos meses más tarde, en diciembre de 1937. Es necesario insistir aquí en que a pesar de los dos estados mayores citados, todas las decisiones que de ellos emanasen debían obligatoriamente contar con la aprobación de Prieto, nada se podía hacer o deshacer sin su visto bueno, Prieto así lo dispuso: "Será función del Estado Mayor de la Flota el estudio y preparación de las operaciones navales de acuerdo con las directrices señaladas por el Ministro"
Llega abril de 1938 y Juan Negrín, por fin, toma la decisión de destituir a Prieto, en aquel momento ministro de Defensa, y asume personalmente su puesto. Buiza vuelve a padecer los continuos cambios en sus destinos, siendo relevado en su cargo como jefe del E.M, puesto que pasa a manos de Prado Mendizábal. La negativa evolución de la guerra hace que Juan Negrín, a modo de último cartucho, se acuerde de Buiza y lo vuelve a colocar como Jefe de la Flota, cargo que ocupa hasta que desembarca en Bizerta.

Pedro Prado Mendizábal


En marzo de 1939, con Cartagena sublevada junto con su Base Naval y Arsenal, Miguel Buiza ordena la salida de la Flota con rumbo África, a fin de ponerla a salvo si las baterías de costa cayesen en manos sublevadas, como así sucedió. Cuando los barcos ya han salido y navegan hacia África reciben informaciones contradictorias sobre la situación de la sublevación en Cartagena, entre los comandantes de los buques, Bruno Alonso y Buiza se sopesa la posibilidad de volver a Cartagena. Todos son conscientes de que si regresan a Cartagena y las baterías de costa siguen en poder de los sublevados serian hundidos sin contemplaciones y sin posibilidad de defenderse, y que en el caso de que algún buque pudiera evadir los ataques de las baterías no podría retomar el rumbo a África por falta de combustible. Como todos sabemos, la Flota no regresa y fondea en el puerto de Bizerta.
Buiza, junto con las dotaciones de los barcos, fue llevado directamente al campo de concentración de Meheri-Zebbeus (cerca de Maknassy, Túnez). Solo dos meses más tarde, en mayo de 1939, se enrola voluntario en la Legión, donde se le concede el grado de capitán. Es comandante de armas al sur de Orán cuando se declara la guerra en Francia el 2 de septiembre de 1939. En 1940, cuando Francia firma el armisticio con Alemania su unidad está en la zona de combates de Rethel, donde hubo una fuerte oposición al invasor nazi. Al firmarse el Armisticio franco-alemán presenta la dimisión. Se le concede 5 meses más tarde.

El "Admiral Buiza" con la bandera de la República Española
París, agosto de 1944
(Imagen: Pinguinos en París)

Tras producirse  el desembarco aliado en África, en noviembre de 1942, se alista en el "Corps Franc" y mandará la "9e Compagnie" del III Batallón, conocida como “l’Etrangère” por la diversa nacionalidad de sus componentes,  y que es el antecedente directo y origen de “La Nueve”, la primera compañía que pisó París tras su liberación, una compañía plagada de republicanos españoles. Uno de los Half Track (semi orugas blindados) que desfiló por los Campos Elíseos llevada pintado en su frontal "Admiral Buiza", otros llevaban pintado el nombre de varias ciudades españolas que tuvieron especial relevancia en la Guerra de España.
Participó en la campaña de Túnez, en la liberación de Bizerta, siendo nombrado por su heroísmo en la Orden del Ejército y recibiendo la Cruz de Guerra con Palmas. No siguió la campaña en Francia y se retiró a Oran.

Un miembro de la resistencia francesa saludo a uno de los soldados
españoles del Half Track "Brunete".  París, agosto de 1944
(I(magen: Pinterest)


En 1947 embarcó voluntariamente, con el nombre supuesto de Moisés Blum, como Primer Oficial del “Paducah”, un barco que transportaba judíos a Palestina. Interceptado por los británicos, Buiza fue internado en un campo de la región de Haifa y luego en Chipre, hasta febrero de 1948, año en el que el Estado de Israel es reconocido por las Naciones Unidas, y es repatriado a Marsella. De allí se trasladaría a Orán junto a su segunda mujer y el hijo de ésta. Trabajó como contable en el Hotel Martinez hasta que el 5 de julio de 1962, el director del hotel, Fernand Martínez, intimo amigo de Buiza, es asesinado y decide abandonar Argelia. Se trasladó a París hasta que, tras ser diagnosticado de cáncer, se retiró a la residencia “Beau Séjour” en Hyéres, cerca de Marsella, antaño un hotel que fue adquirido por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, mantenida a base de donativos. Allí falleció el 23 de junio de 1963 a la edad de 65 años, rodeado por su familia. Fue enterrado en el cementerio de Hyéres. Un jefe de la Marina francesa acudió a su entierro en representación del Gobierno francés.
Benito Sacaluga
Fuentes:
  • "El exilio de los marinos republicanos". Victoria Fernández Díaz. Ed. Universidad de Valencia (2009)
  • Real Academia de la Historia