Miguel de Cervantes Saavedra: Biografía - ESCRITORES MADRILEÑOS

Publicado el 05 abril 2020 por Rmartin


   Alcalá de Henarestiene el honor de que en ella hayan nacido muchos de los personajes que han llenado páginas y más páginas en el libro de nuestra historia. En todos los sectores del país: literatura, medicina, política, religión, ejército,… Pero como muestra mencionaré a Catalina de Aragón, la hija de Felipe el Hermoso y Juana la Loca; Fernando de Habsburgo, hijo de Fernando el Católico e Isabel la Católica; Miguel de Cervantes; Manuel Azaña, presidente de la Segunda República Española; Juan Ruiz, arcipreste de Hita y Francisco Díaz, padre de la urología universal. Aunque quisiera incluir en estos personajes a uno que, aunque no nacido en Alcalá, pues lo hizo en Torrelaguna, siempre estuvo ligado a la ciudad complutense. Me refiero a Francisco Jiménez de Cisneros, el poderoso Cardenal Cisneros.

   Hoy, sin embargo, quiero empezar refiriéndome a Miguel de Cervantes Saavedra, del que desconocemos la fecha exacta de su nacimiento, aunque tuvo que ser días antes de 9 de octubre de 1547, fecha en que fue bautizado. Se supone que pudiera ser el día de San Miguel, que se celebra el 29 de septiembre. Ese año desaparecen Francisco I de Francia y Enrique VIII de Inglaterra; Carlos I, que se encuentra en la cumbre de su poder; inauguración del Concilio de Trento, con el que se inicia la profunda reforma de la Iglesia Católica. Mientras en el ámbito español, se promulga el primer Índice inquisitorial, que prohíbe los libros sediciosos, y la adopción de los primeros Estatutos de limpieza de sangre. Era hijo de Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas. En este contexto, la ascendencia del escritor sigue siendo tema muy controvertido. Aunque se le tenga por cristiano viejo en el informe presentado, a instancias suyas a su regreso de Argel, nunca presentó la prueba tangible de su limpieza de sangre. Su abuelo paterno, Juan de Cervantes, fue abogado y familiar de la Inquisición, pero la mujer de éste, Leonor de Torreblanca, pertenecía a una familia de médicos cordobeses y bien pudo tener alguna «raza» de confeso. En cuanto a Rodrigo, el padre de Miguel, se casa hacia 1542 con Leonor de Cortinas, perteneciente a una familia oriunda de Castilla la Vieja.    Nacido después de dos hermanas, Andrea y Luisa, Miguel, es pues, el tercero de los cinco hijos que tuvo el cirujano. Tuvo un hermano menor, Rodrigo, que compartiría su cautiverio en Argel, así como una hermana, Magdalena. De los primeros años de su vida y de su formación académica, no se sabe nada seguro. Tampoco se puede asegurar que compartiera los sucesivos traslados de su padre, primero a Córdoba y luego a Sevilla, donde Berganza, le sitúa como alumno del colegio de los padres jesuitas. En 1566, se encuentra instalado con su familia en Madrid, cuando Felipe II acaba de establecer allí su Corte.   Tres años después, Cervantes inicia su carrera de escritor con cuatro composiciones poéticas incluidas por el humanista Juan de López de Hoyos, en la Relación oficial publicada a la muerte de la reina Isabel de Valois. Aunque no llegó a matricularse en ninguna Universidad, recibió, en el siglo XVIII, el calificativo, a todas luces inexacto, de ingenio lego. El mismo año Cervantes se va a Roma: partida repentina, quizás debida a un duelo en el que resultó herido Antonio de Sigura, que más tarde sería el intendente de las construcciones reales. Miguel huyó a Sevilla, siendo condenado en rebeldía a que le cortaran públicamente la mano derecha y a ser desterrado del reino por diez años. Fuese o no el autor, Miguel, pasa unos meses en Roma, al servicio del joven cardenal Acquaviva.    Pronto abraza la carrera de las armas, posiblemente, en el verano de 1571, alistándose en la compañía de Diego de Urbina, en la que ya militaba su hermano Rodrigo. En ese momento la Armada de la Santa Liga, a las órdenes de don Juan de Austria, va a hacer frente a la amenaza turca. Se embarca en la galera Marquesa, llegando a combatir, en la batalla de Lepanto. A pesar de padecer calentura, se niega a meterse bajo cubierta, se le sitúa en el lugar del esquife, situado a popa y particularmente peligroso, donde recibe dos disparos de arcabuz en el pecho, en tanto que un tercero le hace perder el uso de la mano izquierda; de donde el sobrenombre que le daría la posteridad: «El manco de Lepanto».    Una vez recuperado de sus heridas en Mesina, toma parte en las acciones militares, en 1572 y 1573, por don Juan de Austria en Navarino, Corfú y Túnez. Marcado por sus años en Italia, conserva un especial recuerdo de los meses pasados en Nápoles. Decide regresar a España, con cartas de recomendación de don Juany del duque de Sessa. El 26 de septiembre de 1575, la galera El Sol, en donde había embarcado, cae en manos del corsario Arnaut Mamí, a la altura de Cadaqués. Es llevado a Argel, donde padece cautiverio durante cinco años. Conocemos detalles de este cautiverio, gracias a las declaraciones de amigos y compañeros de milicia y esclavitud, reunidas en 1578 y 1580, así como a las pruebas de las gestiones emprendidas por la familia de Miguel para obtener su rescate y el de su hermano.   Cabe destacar sus cuatro intentos frustrados de evasión. La última, en noviembre de 1579, es denunciado por un dominico oriundo de Extremadura, el doctor Juan Blanco de Paz, y comparece ante Hazán Bajá, rey de Argel, personaje vengativo y cruel, aunque, sin embargo, no le castiga con muerte; tal vez debido a los contactos de paz que los turcos intentaron establecer entonces con Felipe II. Finalmente, es rescatado el 19 de septiembre de 1580, por 500 ducados, gracias a los padres trinitarios.    Cervantes no consigue la recompensa esperada. A raíz de un viaje a Tomar, donde se habían convocado las Cortes portuguesas, se le encarga, en mayo-junio de 1581, una misión a Orán, donde se entrevista con el alcaide de Mostagán y cuya finalidad exacta se ignora. Al volver a Madrid, tiene amores con una tal Ana de Villafranca, también llamada Ana Franca de Rojas, esposa de un tabernero, de quién nacerá en el otoño de 1584, Isabel, nacida en otoño de 1584; y, en diciembre de ese mismo año, su matrimonio con Catalina de Salazar, hija de un hidalgo recién fallecido de Esquivias, tierra de viñedos y olivares, donde se afincará el matrimonio. Las penurias económicas siguieron acompañándole. Nombrado recaudador de impuestos, quebró el banquero a quien había entregado importantes sumas y Cervantes dio con sus huesos en prisión, esta vez en la de Sevilla, donde permaneció cinco meses. En esta época comenzó, probablemente, la redacción de Don Quijote de La Mancha. Entre 1604 y 1606, toda la familia de Cervantes siguió a la corte a Valladolid, hasta que el rey Felipe III ordenó el retorno a Madrid.    En 1605 apareció en Madrid El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Su autor era un hombre de cincuenta y ocho años, enjuto y delgado, tolerante con su, poco hábil para ganar dinero, pusilánime en tiempos de paz y decidido en los de guerra. La fama fue inmediata, pero los efectos económicos apenas se hicieron notar. Cuando en junio de 1605, Cervantes y toda su familia, fueron a la cárcel por unas horas a causa de un turbio asunto (la muerte de un caballero asistido por las mujeres de la familia, ocurrida tras ser herido aquél a las puertas de la casa), don Quijote y Sancho ya pertenecían al acervo popular.    Animado por el éxito del Quijote, ingresó en 1609 en la Cofradía de Esclavos del Santísimo Sacramento, a la que también pertenecían Lope de VegaFrancisco de Quevedo. Era ésta costumbre de la época, que le ofrecía la oportunidad de obtener algún protectorado. A pesar de no conseguir, como tampoco lo logró Góngora, ser incluido en el séquito de su mecenas el conde de Lemos, nombrado nuevo virrey de Nápoles, Cervantes escribió a un ritmo imparable. Ese mismo año lo sorprendió la aparición, en Tarragona, de una segunda parte del Quijote escrita por un tal Alonso Fernández de Avellaneda, aunque Cervantes, enfermo y urgido, acabó la segunda parte del Quijote, que se imprimiría en el curso del mismo año.   A principios de 1616, estaba terminando Los trabajos de Persiles y Sigismunda. El 19 de abril recibió la extremaunción y al día siguiente redactó la dedicatoria al conde de Lemos, ofrenda considerada como exquisita muestra de su genio y conmovedora expresión autobiográfica.

Para realizar la siguiente biografía se han utilizado diversas fuentes.La imágenes de PinterestPor Ramón Martín