Miguel Gila

Publicado el 08 enero 2022 por Plasnisk

Miguel Gila fue un espía, militar y telefonista que nació a temprana edad. Tenía que nacer en invierno, pero como eran pobres y no tenían calefacción se esperó para nacer en mayo.

Nació sorpresivamente, en su casa ya ni le esperaban. Su madre pensó que era una falsa alarma y había salido a pedir perejil a una vecina, así que nació solo.

Bajó a decírselo a la portera, la cual en ausencia de la madre le dió ella de mamar. Poco por que ya estaba la pobre que ni para un cortado. De joven había dado de mamar a once hijos y a un sargento de ingenieros, que luego ni se casó con ella ni nada. Era un tragón que mojaba hasta churros en la teta de la portera.

Volvió a casa, se sentó y cuando vino su madre le recriminó por haber nacido solo y que fuera la última vez que lo hacía. Por que en aquella época las madres eran muy rigurosas con lo del parto. Así que se sentó en una sillita que tenían para cuando nacían, y le escribieron una carta al padre que trabajaba de tambor en la orquesta sinfónica de Londres y vino corriendo. Se puso muy contento por que hacia más de dos años que no venia por casa ni veía a su mujer.

Infancia

Hasta que cumplió los tres años fue una hermosa niña de ojos azules y rubios tirabuzones, pero como la gente de aquella época era muy antigua empezaron a criticarle porque decían que los niños tenían que ser morenos y con bigote; así que no le quedó más remedio que hacerse niño.

Era una familia numerosa. Nueve hermanos, madre y un señor de marrón que estaba en el pasillo sentado que no conocían de nada.

Entonces el padre les vendió el tambor a unos vecinos que eran muy pobres y no tenían radio, ni tocadiscos, ni nada. Y con el dinero, en lugar de gastárselo en champagne y mariscos y marihuana y eso, lo jugaron a la tómbola y les tocó una vaca. Bueno, les dieron a elegir entre una vaca o 12 pastillas de jabón y el padre eligió la vaca.

Llevaron la vaca a casa y le pusieron de nombre Matilde, en memoria de una tía que se había muerto por un padrastro en un dedo. Empezó a tirar y se peló toda. Un hermano de su padre murió tocando el violín con la danza del fuego que si no llega a ser por que tienen un sifón cerca se quema del todo, pero luego tocando el vals de las olas cogió una indigestión y murió. Su tía Rosario era tan fea que el médico le dijo a su madre que había tenido una soltera.

La vaca la pusieron en el balcón, para que tuviera la leche fresca. Pero resulta que la vaca tenia un cuerno flojo, se asomó y se le cayó el cuerno a la calle y se le clavó a un señor de luto.

El señor de luto se murió y a su padre le metieron preso por cuernicidio. Se escapó un domingo por la tarde que no habían taxis y estaba lloviendo y dijo: ¡Estoy libre!, ¡Estoy libre!. Se le subieron ocho encima al pobre hombre, ahí murió, en el tumulto.

Entonces como eran muy pobres, su madre hizo lo que se hacía en esa época con los huérfanos. Los fue dejando por los portales en un cestito y a Gila lo dejó en el de unos marqueses que eran riquísimos. Tenían caballos, tenían sopa, en la cisterna del water ponían agua mineral, se hacían las radiografías al óleo, tenían radiografías de Goya, de Velásquez. Le cambiaron el nombre por Luís Enrique Carlos Jorge Alfredo. luego le llamaban Chuchi para abreviar.

Juventud

Los marqueses querían que estudiase bachillerato, para eso que se aprenden los nombres de los ríos y de las montañas y todo eso que luego de mayor sirve para hacer crucigramas. Pero no le gustaba estudiar y se escapó. Se puso a trabajar con un fotógrafo buenísimo, sacaba muy favorecido. El tío retrataba a un pordiosero todo roto y andrajoso y le salía un almirante de marina con los ojos verdes. Una vez se equivocó. En aquella época se usaba el magnesio y en lugar de magnesio puso dinamita y mató una boda. Bueno, quedó un invitado pero torcido, una mierda de invitado, vamos que ni era invitado ni nada y le despidieron.

Entonces se metió a ladrón en una banda muy buena. Pero lo tuvo que dejar por que se puso enfermo y todo lo que robaba lo devolvía.

En Londres

Se fue a Londres y se hizo de agente en Scotland Yard.

Descubrió lo del famoso asesino Jack el destripador aunque nunca lo ha contado por modestia. Resulta que apareció un hombre en la calle como dormido, pero como hacía más de un mes que estaba allí llegó a la conclusión de que era mucho sueño para un adulto.

Entonces llamó al forense. Un señor que ni era médico ni nada. Tenía un Ford y por eso le llamaban así. Vino corriendo, se acercó al tumbado, le dió seis patadas en los riñones y llegó a la conclusión que o estaba muerto o que aguantaba como un bestia.

Vino Sherlock Holmes y dijo que había sido Jack el destripador y como era Sherlock Holmes a callar todo el mundo.

Gila se enteró de donde vivía Jack el destripador. Fue al mismo hotel y como a Gila no le gusta la violencia lo detuvo con indirectas. Cuando se cruzaban por el pasillo del hotel le decía en susurros: ¿Alguien ha matado a alguieeeeeen?... ¡Y no me gusta señalaaaaaar!. Al día siguiente: ¿Alguien es un asesinoooooooo?... ¡Y no lo quiere deciiiiiiiir!.

Hasta que al final a los 15 días se confesó y se entregó.

Vuelta al pueblo

Abandonó el trabajo en Londres por que había mucha niebla y había que hacer las rondas palpando y se pegaba cada hostia con las farolas que no le compensaba y decidió volver al pueblo.

En su pueblo organizaban juegos, entre ellos La cucaña. Ponían un jamón en lo alto del palo y abajo estaban todos con navajas y el que se resbalaba le pinchaban el culo. Algunos se pasaban el jamón de largo.

Otra prueba era el campeonato de fuerza: Destruir un piedra a cabezazos. La destrozó Eusebio de dos cabezazos a cabeza limpia y cuando le iban a dar el premio se murió.

Tardó en llegar la electricidad a su pueblo. Cuando la pusieron, le dijeron a un vecino que era para tender la ropa, por lo que subió y se enganchó. Cuando calló parecía la ceniza de un puro. Al llegar el alcalde dijo que no soplara nadie hasta que llegara el forense. El padre del incinerado dijo que le habían dejado sin hijo, pero que se había reído a carcajadas.

Para broma buena la que le gastaron al boticario que en paz descanse desde entonces. Despachaba por un ventanuco y le pusieron la receta lejos y cuando asomó la cabeza le atraparon la cabeza con un cepo de cazar lobos. Su mujer se enfadó la tía asquerosa.

A antolín le tiraron la novia al rio el día de su boda y le metieron un burro en la cama. No se dió cuenta hasta que se levantó de la cama. Tardó en levantarse por que le habían tapado las ventanas con barro creía que aún era de noche y volvía a dormir. Estuvo así siete meses antes de morir.

Etapa como músico

Durante una época se dedicó a la música y sacó un disco. Más bien el agujero, quedó lo de alrededor.

En su primer y único concierto de violín se olvidó el violín. Personalmente a Gila no le gustava el violín, pero como en su familia eran todos muy tocones.

Un tío suyo tocó la danza del fuego y se le quemaron las cejas y si no llegan a estar rápidos con un sifón se les quema. A su tío le pidieron que tocara algo y por allí andaba una gorda que armó un escándalo diciendo que era muy decente y muy limpia y lo del sargento era un accidente, llamado Carlitos. Tocó el vals de las olas, pero hacia una hora que había comido, se le cortó la digestión y murió. Gila dejó de tocar por que se olvidó el violín encima de la mesa de un Mc Donalds y lo picaron para hacer hamburguesas.

Trabajó brevemente de ascensorista en unos almacenes, y un día, en lugar de apretar el botón del segundo piso, apretó el ombligo de una señora gorda, que era la mujer del gerente, y le despidieron. Se fue a casa y se sentó en una silla que tenían para cuando les despedían.

En la guerra

Hecho casi medio hombre y con cuatro pelos de bigote y después de pasar hambre y correr más que un galg. vino su tío Cecilio con un periódico que traía un anuncio que decía: "Para una guerra importante, se necesita soldado que mate deprisa". Y su abuela le dijo que se apuntara, que era muy despabilado.

Su hermana quería comprarle un caballo, pero no lo vendían suelto, tenía que ser con carro y con basura, pero su madre le dijo que fuera a pie pero limpio. Entonces su madre le hizo una tortilla de escabeche y preparó un termo con caldo y fue a la guerra.

Cuando llegó estaba cerrada, así que tuvo que esperar. Entonces se sentó en un banco, con un soldado que no mataba porque estaba de luto, y cuando abrieron la guerra entró, preguntó por el comandante y dijeron que no estaba porque había salido a comprar tanques y albóndigas para el ejército.

Así que esperó, y cuando llegó el comandante le dijo que venía por lo del anuncio del periódico, para matar y atacar a la bayoneta y lo que haga falta. Entonces le dieron un fusil y seis balas y le dijo el comandante: "Hale, ponte a matar!. Y se fue a la trinchera, y estaba matando tan calentito, con su tortilla de escabeche y su fusil, y dijo el capitán le dijo que se preparara para ser espía.

Le pusieron una peluca rubia con tirabuzones, una minifalda, una blusita de seda natural, unos zapatos de tacón alto y fue hasta el enemigo. Pero los pelos de las piernas, le delataron.

El comandante le había pedido que le prestasen el avión, pero no se lo quisieron prestar y se tuvo que volver sin él porque le estaban poniendo un grifo para que fuera a propulsión de chorro. Así que le pusieron una bomba debajo del brazo y llegó otra vez donde el enemigo, los cuales se enfadaron por que casi les matan con la bomba, así que la tiró a un río y no explotó y no mató a nadie.

Luego fue hecho prisionero y fusilado por un pelotón borracho. Lo fusilaron mal porque estaban borrachos y no acertaron.

Cuando volvió a las trincheras, ya había terminado la guerra, que había venido la policía y como no tenían al día la licencia de armas se nos han llevado los tanques, los cañones y las ametralladoras". Entonces se repartieron las albóndigas y las patatas y el perejil de Intendencia y se fueron cada uno a su casa y ya no mató a nadie.

Se dedicó a sus cosas hasta que en 2001 murió. No contento con haber muerto, volvió a morirse una semana después.

Al ser preguntado por los periodistas si no le molestaba morirse tanto, contestó que le daba igual.