Poema 19Yo sé que ver y oír a un triste enfadacuando se viene y va de la alegríacomo un mar meridiano a una bahía,a una región esquiva y desolada.Lo que he sufrido y nada todo es nadapara lo que me queda todavíaque sufrir, el rigor de esta agoníade andar de este cuchillo a aquella espada.Me callaré, me apartaré si puedocon mi constante pena instante, plena,a donde ni has de oírme ni he de verte.Me voy, me voy, me voy, pero me quedo,pero me voy, desierto y sin arena:adiós, amor, adiós hasta la muerte.
El Rayo que no cesa, de Miguel Hernández, Colección Austral, Espasa-Calpe, Madrid, 1975.