Mijas, pueblo encantador de Málaga

Por Yorga @javieramosantos

Cobijado en el regazo de un cerro gris, entre pinos y puertecitas soleadas emerge el blanco municipio malagueño de Mijas, que hoy vive del turismo gracias a sus temperaturas agradables casi todo el año, montaña sombreada y playa para los aficionados al sol; pero también se trata de una localidad con mucha historia en la que se han establecido unas cuentos pueblos y civilizaciones.

Perteneció a la Turdetania; fenicios, griegos, romanos y visigodos pasaron por aquí, atraídos por los minerales y metales preciosos que abundaban en la zona. En tiempos del Emirato de Córdoba Mijas fue conquistada por el caudillo Omar Ben Hafsun, mientras que a finales del siglo XV resistió los ataques de los Reyes Católicos mientras duró el asedio a Málaga de la Reconquista. En sus alrededores se conservan algunos yacimientos arqueológicos, testigos del rico pasado prehistórico de la villa.

Panorámica de la ciudad malagueña de Mijas./Olaf Tausch

Famosa por sus burrotaxis, en la localidad andaluza también destacan otros monumentos como la parroquia de la Inmaculada Concepción (siglo XVI), sin un hermoso artesonado mudéjar, la ermita de la Virgen de la Peña (siglo XVII), excavada en la roca o los lienzos de sus murallas, por citar solo unos ejemplos. Su casco histórico, de trazado árabe e inmerso en el paisaje serrano, alberga en sus calles encaladas algunos edificios de interés.

Pero son los asnos que retozan por Mijas los peculiares protagonistas del pueblo. Los burrotaxis son un método de transporte que apareció a finales de los años cincuenta, a raíz de que algunos trabajadores de las canteras que regresaban a sus casas en burro, fueran requeridos por los turistas para fotografiarse o dar una vuelta. Existen más de medio centenar entre burros de carro y 48 de silla, que disponen de un aparcamiento especial para ellos.

Los populares burrotaxi de este lugar de la costa andaluza./Olaf Tausch

Mijas se esmera por conservar la estampa algo relamida del pueblo auténtico. Tiene su plaza de toros cuadrada, que es la única del mundo, así como un Museo de Miniaturas donde hay cabezas reducidas por los indios jíbaros, La Última Cena de Leonardo da Vinci pintada en un grano de arroz o un padrenuestro escrito en el borde de una tarjeta de visita. Se recomienda, como añadido, visitar la ermita de los Remedios, en la pintoresca plaza de los Siete Caños, o la Iglesia de San Sebastián.

La montaña que envuelve a Mijas es un pinar joven, repoblado, sazonado con los algarrobos, acebuches y encinas del bosque natural y por un sotobosque variado de tomillo, romero, cantueso, hinojo y palmito. Las sendas que conducen a la ermita del Calvario (s. XIX) o a la antigua cantera de mármol son, asimismo, otras sugerentes opciones que esperan al viajero.

Parroquia de la Inmaculada Concepción./Olaf Tausch

La mar envuelve un fondo marino de notable biodiversidad en el que cunden las praderas de fanerógamas y la posidonia oceánica. Además, en sus seis playas, en las que sobresalen las de Cabo Rocoso y Calahonda, se puede practicar windsurf, vela, pesca y submarinismo. Por aquí se sitúan elegantes urbanizaciones, establecimientos hoteleros y otros muchos servicios.

Ya sabe de buena tinta lo que le espera al viajero si visita esta hermosa localidad. Si no puedes esperar más tiempo y te interesa recibir más información antes de tu escapada, te recomiendo visualizar este interesante vídeo en el que se desgranan unas cuantas razones para no perdérsela. Esta es solo la primera:

Dónde dormir: TRH Mijas; C/ Tamisa, 2; 29650 Mijas (Málaga); Teléfono: 952485800; reservas.mijas@trhhoteles.com; www.trhhoteles.com.

Dónde comer: Restaurante La Mandrágora; C.C. El Zoco, 141; 29650 Mijas (Málaga); lamandragora.es; Teléfono: 609511853.