Mike Oldfield. “Tubular Bells”

Publicado el 26 diciembre 2014 por Raúl Rn

La protagonista de este blog es la canción; a veces es muy breve y en otras ocasiones puede llegar a superar los quince o veinte minutos, algo que acabó siendo habitual en el rock progresivo, me refiero al hecho de ver temas que ocupaban toda una cara del Lp. La canción de hoy dura casi 49 minutos, es decir, todo el disco. “Tubular Bells” fue el primer álbum del británico Mike Oldfield, lo compuso cuando apenas tenía diecisiete años y fue publicado en 1973, tras un tortuoso y artesanal proceso de grabación que culminó con una obra maestra, uno de esos discos atemporales, imprescindibles, capaces de trascender modas y gustos musicales. Todo en él es singular; la concepción y ejecución misma de la obra, en la que su autor tuvo que hacer frente a la mayor parte de los instrumentos, más de veinte (piano de cola, órganos, bajo, todo tipo de guitarras, percusiones, campanas tubulares, etc.); el derroche de arte e ingenio al que tuvieron que recurrir para grabar una obra tan compleja, prácticamente con un sólo músico y con unos medios muy alejados de los que disponían las grandes multinacionales; el nacimiento, casi sobre la marcha, de un sello discográfico que acabaría convirtiéndose en uno de los gigantes de la música: Virgin Records -su primer disco fue precisamente éste-; la portada del álbum, esa famosísima campana tubular, es todo un símbolo, una marca que identifica, no sólo este trabajo sino toda la obra de Mike Oldfield; y su carácter de obra innovadora e imperecedera, entre el rock progresivo y lo que luego se llamaría new age, incluso podría decirse que es pionera en el concepto de “música indie”, tan de moda en nuestros días. Estamos, en definitiva, ante la obra de un genio que dejó atónitos tanto a público como a crítica especializada, y que acabó por hacerse muy popular gracias a su inclusión en la película de William Friedkin, “El Exorcista”. “Tubular Bells” ha sido reeditado en varias ocasiones e, incluso, se han publicado una segunda y tercera partes además de otros subproductos derivados. Ya se que, en esta ocasión, es mucho pedir pero os animo a que volváis a disfrutar con este álbum, no os va a defraudar porque no tiene fecha de caducidad, jamás envejecerá.


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