La primera vez que me crucé con Mil besos y cien más de la italiana Laura Sciolla en el catálogo de novedades de la editorial Grijalbo, me quedé con la idea de que era una novela erótica y, como no soy demasiado aficionada a este género, no me interesé mucho más por ella. Posteriormente, en algunos de los blogs que sigo me fijé en que la calificaban como histórica y, cuando días después recibí un correo de la editorial en el que me ofrecían un ejemplar, me paré a leer su sinopsis y decidí darle una oportunidad pues parecía que mi primera impresión había sido equivocada y la novela mezclaba intriga, hechos históricos, romance y erotismo.Mil besos y cien más nos traslada hasta la Roma del siglo I a.C donde conocemos a Claudia, una hermosa patricia romana casada con el oficial Quinto Metello, un hombre brusco y mayor que ella a quien la entregaron como esposa siendo casi una niña, lo que ha provocado que siempre haya aborrecido tanto su matrimonio como a su esposo. Con el tiempo y tras ser madre, Claudia ha alcanzado un estilo de vida sereno, marcado por los compromisos sociales que conjuga tanto con sus intereses personales como con la compleja y ambigua relación que mantiene con su hermano Publio. Sin embargo su vida se verá trastocada cuando el destino ponga en su camino al poeta Catulo, un joven que se sentirá inmediatamente atraído por ella y acabará seduciéndola, dando inicio así a un apasionado romance que se tornará cada vez más complicado debido a su diferente concepción del amor, teniendo que hacer frente a celos, rencores y peleas.Laura Sciolla recoge en esta novela el famoso amor entre Cayo Valerio Catulo y Lesbia, nombre con el que el poeta designaba a su musa, Claudia Metela también conocida como Clodia. En mi caso, no había oído hablar anteriormente de esta pareja y por lo tanto, no sabía nada de su romance, sirviéndome esta novela de aproximación al mismo. Esto siempre es un punto que valoro pues sirve para ampliar mis conocimientos a través de la lectura, pero en este caso he de reconocer que la novela no me ha entusiasmado y estaba deseando llegar al final para pasar a otra cosa.El libro se estructura en cuatro grandes partes que abarcan desde el año 62 a.C. hasta el 56, periodo en el que se desarrolla el romance entre Catulo y Lesbia. A su vez cada una de ellas viene fraccionada en diversas partes numeradas de extensión variable que contribuyen a dar agilidad a una narración en la que predomina el ritmo pausado. El relato corre a cargo de Claudia, utilizando para ello la primera persona, y el estilo de Laura Sciolla resulta agradable de leer gracias al uso de una prosa muy cuidada, culta y elegante, en la que predomina la sobriedad y destaca el uso de metáforas. De esta manera la novela adquiere un tono característico en su narración, refinado y maduro, que se asocia fácilmente con la personalidad de Claudia y nos permite hacernos una idea del tipo de mujer que fue.De esta manera, tenemos a Claudia como eje central de la obra ya que es ella misma quien nos va desgranando lo sucedido durante esos años. Es una mujer a la que llegamos a conocer bastante bien pues en su relato incluye recuerdos de su pasado desde niña que nos ayudan a comprender cómo se ha ido forjando su personalidad. Laura Sciolla la perfila con detalle tanto a nivel físico como psicológico, mostrándonos a una mujer de carácter, madura, hermosa, culta, elegante, pasional y liberal, perteneciente a las clases más altas de la sociedad, casada con un hombre al que aborrece y sometida a un hermano con el que mantiene una relación de dependencia un tanto ambigua desde la infancia, intensa y complicada, con matices que van más allá del amor fraternal. En ningún momento he llegado a conectar con Claudia, una mujer cuya personalidad no me ha resultado atractiva, y ese es uno de los motivos de que no haya llegado a disfrutar de esta lectura, pues siendo ella la narradora este obstáculo se hace difícil de superar.No obstante, Claudia es una figura interesante por el papel que desempeña en esta época en una sociedad dominada por los hombres, alejado de la sumisión y labores que están destinadas a su condición. Desde niña desarrolla interés por la filosofía y astronomía, competencias tradicionalmente masculinas, y con el paso de los años no se centrará en el cuidado de su familia, sino que aprenderá a sacar provecho del poder que ejerce sobre su esposo para conseguir más libertad, lo que permitirá que se dedique a otras tareas y mantenga varios amantes, a los que seduce y abandona con indiferencia.A través de su relato, Claudia nos ofrece un retrato del poeta Catulo, un joven veronés de aspecto menudo y frágil que despierta su interés desde un primer momento. Su construcción queda un tanto sesgada al basarse en las impresiones que Claudia nos transmite y así únicamente tenemos acceso a descubrir los matices de su relación y el comportamiento que mantiene con respecto a su amada. Catulo hace gala de una sensibilidad y delicadeza que transmite a través de sus gestos y de sus palabras, entregándose a una relación pasional que lo absorberá por completo y sacará a la luz virtudes y defectos. Así observaremos otra faceta del poeta dominada por un carácter posesivo, desconfiado, brusco y grosero, producto de los celos y que provocará que la relación que mantiene con Lesbia se vea afectada por las constantes discusiones y peleas.Siendo el tema central del libro el romance entre Lesbia y Catulo, Laura Sciolla incluye descripciones de las situaciones más pasionales entre ambos, aunque en este caso lo hace con mucha elegancia y delicadeza, sirviéndose de metáforas para recrear estas escenas más subidas de tono y que son las que originan el encuadre de esta obra dentro de la erótica, aunque no es lo que más peso tiene en la trama, sirviendo solamente como complemento para dejar constancia del tipo de relación mantenida entre la pareja.Sin duda el aspecto que más me ha gustado de Mil besos y cien más es el relacionado con el contexto histórico, pues el relato de Claudia nos permite conocer diversos aspectos tanto de la forma de vida como de la sociedad del periodo, hablándonos de costumbres y tradiciones, supersticiones, remedios medicinales, actos públicos, banquetes o fiestas entre otras cuestiones que van dando forma a una ambientación muy cuidada y trabajada. Especial importancia tiene la vida política en un periodo en el que en Roma nadie logra mantenerse al margen de ella. Son tiempos convulsos en los que la República sufre guerras civiles, exilios y rebeliones que hacen necesario que alguien tome el mando para encauzar la situación, lo que acaba provocando que la sociedad se fragmente entre tradicionalistas e innovadores, quedando este proceso plasmado como telón de fondo y complemento al romance que se desarrolla en el plano principal.En definitiva, con un estilo cuidado y elegante, Laura Sciolla nos traslada en Mil besos y cien más hasta el siglo I a.C, dando voz a la noble Claudia para mostrarnos el famoso romance que mantuvo con el poeta Catulo. Una novela que conjuga pasión, erotismo, poesía, política e intriga y que, aunque a mí no me ha entusiasmado, creo que puede resultar interesante para aquellos que quieran conocer un poco mejor la relación de amor y celos que unió a esta histórica pareja.
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DATOS TÉCNICOS:
Título: Mil besos y cien másAutor: Laura Sciolla Editorial: Grijalbo
Traducción: Ana Ciurans Ferrándiz Año: 2014ISBN: 978-84-253-5229-4Nº de páginas: 336Gracias a la editorial por facilitarme el ejemplar
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