Si os digo que llevo una semana intentando hacer la reseña de este libro igual no os lo creéis, pero, además de que me ha gustado mucho, llevaba muchos años queriendo leer algo nuevo de John Green (y eso que aún no he leído Buscando a Alaska).
Después de años sin leer nada de Green, no sabía qué esperarme de este libro. He de confesar que me daba un poco de miedito, porque todas sus anteriores novelas me han encantado, y de todas se puede sacar un mensaje más o menos trascendente (esto ya según quien lo lea). Y sí, lo ha conseguido.
De nuevo haciendo alarde de una habilidad para la metáfora que casi no podemos encontrar en literatura juvenil (donde nos lo suelen dar todo mascadito), John Green disfraza tras un misterio la historia de Aza Holmes y su dificultad para llevar una vida normal por mucho que se esfuerce.
Por su sinopsis, parece que el libro va a tratar de cómo unas amigas intentan encontrar a un empresario, padre de un amigo de la infancia de Aza, para cobrar la recompensa que han ofrecido. Pero en realidad vamos a sumergirnos en el día a día de una persona que sufre un trastorno obsesivo compulsivo y de cómo le afecta a ella y a la gente de su alrededor.
Es un poco desgarrador porque John Green sabe jugar muy bien con las palabras, y las maneja para que el lector sienta en su propio ser lo que están sintiendo los personajes de la novela-
En sí, la historia no tiene mucha intriga, porque pronto vamos a centrarnos en los personajes. De hecho, la trama que nos presentan al principio solo es importante para que los personajes avancen ellos mismos, es una excusa, el lector apenas va a reparar en este empresario desparecido a no ser que se lo recuerden Aza, David o Daisy.
John Green llevaba seis años sin escribir y yo llevaba tres años sin leerle, pero este libro ha sido el reencuentro perfecto. Él conmueve una vez más con sus personajes y nosotros nos deleitamos con sus metáforas. Me encanta leer reflexionando, me encanta que haya autores en literatura juvenil que nos hagan pensar y darle vueltas a cosas que, a veces, por la rapidez de la vida, pasamos desapercibidas. Y sin duda, me encanta el respeto y acierto con el que ha tratado el TOC y cómo afecta a todos, así como en su día trató el cáncer, o el miedo a hacernos adultos y enfrentarnos a lo desconocido.
Cinco rotundas estrellas y la confirmación de que volveré a leerlo. Y además, os voy a regalar dos recomendaciones. Si os gustan los libros que traten trastornos como el TOC, debéis leer a Holly Bourne y su ¿Ya soy normal?, y si os gustan los libros de literatura juvenil que os marquen, que os hagan reflexionar, y que tenga una historia escondida detrás de una gran metáfora de la vida, tenéis que leer Un monstruo viene a verme.
Nota: Que si le tengo que poner una pega, es el título en español... No tiene absolutamente nada que ver con nada. De hecho, puede llevar a error y que algunos lectores se echen atrás pensando que puede ser una pastelada adolescente. Además, el título en ingles - Turtles are the way down - tiene mucho más sentido, porque en uno de los diálogos entre Aza y Davis hablan de una cosa que tiene relación con esto. Una vez más, no comprendo la traducción de los títulos.
PD final: Os quiero dejar este vídeo en el que John Green explica su propia experiencia con esta enfermedad y por qué decidió escribir este libro. Tiene subtítulos en español ;)