Yo siempre pensé que la Sra. Milá era progresista y se preocupaba más de los contenidos que del “share” dichoso, que trae a mal traer a propios y extraños en este mundo de la farándula televisiva, pero resulta que declara el contenido del título de la entrada solo poruqe otro “reality show” ha mermado la audiencia de Gran Hermano. El programa que presenta Dª Mercedes no es, como dice ella, un experimento sociológico, ni mucho menos. Es un espectáculo cutre, en el que los eruditos de la cadena seleccionan concursantes de perfil bajo, bajo intelectualmente quiero decir, y los reúnen en una casa con la única finalidad del morbo que produce ver agitarse sus garbosos cuerpos serranos debajo de las sábanas. A cambio del espectáculo, los muchachos se dedican después a vender su imagen para fiestas o inauguraciones de discotecas, restaurantes u otros establecimientos de hostelería; todo el mundo sabe que el paso por un concurso de este pelaje otorga una especial y aguda visión sobre la música actual o la cata de vinos. Gran Hermano es un bodrio televisivo, un programa infumable que alcanza elevadas cuotas de pantalla mientras otros reportajes de historia, naturaleza o actualidad, pasan totalmente desapercibidos. Tal vez nuestros políticos tengan algo que decir sobre el particular, porque algo habrá fallado cuando al preferencia de una significativa parte de la población se decanta hacia la zafiedad. Tampoco los periodistas ayudan en absoluto: A Mercedes Milá le preocupa Falete tirandose desde un trampolín, y eso es noticia en medios de tirada nacional. se conoce que el paro, la economía o la corrupción nos traen con menos cuidado. el caso es que se fornique en Guadalix antes de que un personaje tan curioso como Falete nos quite audiencia por verlo en bañador experimentando la fuerza de la gravedad. País.