Milagros capitalistas

Publicado el 29 enero 2015 por Cronicasbarbaras

Hace unos días se vieron unas imágenes de Bill Gates, el fundador de Microsoft y ahora filántropo, bebiendo agua que cinco minutos antes era excremento humano. 

A su lado estaba Peter Janicki, el creador de la instalación que logró un milagro mayor que el de los alquimistas: convertir las heces en el oro del futuro, que será el agua. 

Omniprocessor, el nombre de la máquina, se repetirá mucho después de que comience a funcionar este año la primera en Dakar, Senegal, para proveer de agua purísima a una población enferma por las aguas contaminadas. 

Es admirable la dedicación filantrópica de algunos capitalistas, sobre todo los hechos a sí mismos a partir de cero, como es el caso de Gates; y de su esposa Melinda, que fue quien detrás de sus Windows lo impulsó a dedicar gran parte de su fortuna a mejorar el mundo. 

Tras él están las investigaciones de vacunas y los tratamientos más exitosos que pueden derivar en la cura definitiva de la malaria, de la que mueren anualmente unos 2,5 millones de personas, la mayoría niños. 

El Omniprocessor depura en pocos minutos cien toneladas de heces convirtiéndolas en ochenta toneladas de agua pura, y las veinte toneladas restantes en fertilizantes y combustible para alimentar a la propia máquina. 

Un mundo lleno de máquinas Omniprocessor, que ya construyen para donar Gates y Janicki, y cuyas patentes ceden gratuitamente, daría agua y eliminaría los desechos biológicos generados por humanos. 

Lograr esto no se le ocurre a ningún político del mundo. Sus metas son otras. 

Sólo las mentes visionarias de quienes empezaron desde un pequeño garaje o taller para realizar una idea revolucionaria se arriesgan para obrar milagros así. Todo avance se conquista o financia gracias a capitalistas como Bill Gates.

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