Todos los años, los estadounidenses lanzan algún que otro título de corte religioso de una notable calidad como la mencionada El cielo es real, La pasión o Soul surfer, filmadas con muy pocos medios como es el caso. El cineasta, aunque con las lógicas limitaciones, presenta un más que digno trabajo a pesar de las pegas que han puesto algunos críticos de prestigio, sacando el máximo producto a toda la historia, dividida en dos bloques potentes, pero bien diferenciados.
Las expectativas son altísimas porque el tráiler ha obtenido 130 millones de visitas en Internet por lo que el éxito parece que está garantizado. Y es que a pesar de lo que muchos medios de comunicación intentar negar, existen muchas personas que quieren que se estrenen películas que expliquen cómo la religión cambia el corazón y te ayuda a ser feliz. Como dato curioso, la actriz Jennifer Garner, que lleva todo el peso dramático, afirmó a la prensa que esta película le había servido para que sus hijas y ella se acercasen los domingos a la Iglesia Metodista para rezar al Señor.
Milagros del cielo abre el debate entre creyentes, agnósticos y ateos con cierta profundidad en sus planteamientos. Sin embargo, se inclina la balanza hacia la fe y la esperanza, dejando claro que el amor entre personas puede entenderse como un trocito de cielo en la tierra y que, a veces, a Dios lo encontramos entre las personas. Por otra parte, de algún modo, el médico que aparece en el largometraje nos da pie a apropiarnos de la siguiente frase pronunciada por Louis Pasteur: “Un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él.” (publicado en el Diario Ya)