Esta rapaz no debía ser escasa en Asturias a mediados del siglo XX, pero en ese momento se inició un declive generalizado que la confinó a unas pocas parejas en la zona oriental. En ese momento se podría pensar que terminaría desapareciendo, como predijo el gran Alfredo Noval en los años 80. Pero en la segunda mitad de los años 90, para llevar la contraria, comenzó a generalizarse su presencia y a criar un número cada vez mayor de parejas. Hoy en día, su silueta se ha hecho habitual por toda la campiña asturiana.
El concejo de Gozón es uno de los primeros donde comenzó a hacerse patente esta expansión, en especial en las áreas en torno al pantano de La Granda. Hoy día ya crían varias parejas repartidas por el concejo, es difícil saber cuantas porque su territorio de campeo es bastante amplio, pero yo diría que probablemente entre 5 y 10. Las fotos corresponden a una nueva pareja que se ha establecido este año en la zona de Bañugues.
La expansión del milano negro ha coincidido con un claro declive de dos especies comunes en el territorio, el busardo ratonero y el cernícalo vulgar. ¿Es lo uno causa de lo otro, o responden ambos sucesos a una misma dinámica? Difícil, muy difícil saberlo.