Una gran extensión del concejo está ocupada por prados, y durante los meses de abril y mayo, sobre todo este último, tiene lugar la primera siega, que se realiza casi en su totalidad con maquinaria pesada. Aunque otras rapaces, como los cernícalos y ratoneros, aprovechan esta circunstancia para conseguir presas fáciles, ninguna de ellas lo hace tan bien como el milano negro.
Allí donde una máquina esté segando, si la zona coincide con territorios ocupados por los milanos, se reúnen pequeños grupos que ciclean de manera insistente sobre ellas. A la mínima señal de un animal herido o despojado de su refugio, los milanos se lanzan al suelo para capturarlo, llevándolo entre sus patas, en ocasiones provistos de sus buenas briznas de hierba..
Una vez capturada la pequeña presa, que puede ser un pequeño roedor herido, un insecto de buen tamaño, etc., el milano se alimentará de ella o bien la llevará a donde tenga el nido para dársela a sus pollos. En resumen, un buen surtido de comida a su disposición en un momento especialmente crítico, la época reproductiva.
Hoy he podido comprobarlo una vez más contemplando un grupo de 4 de estas hermosas rapaces en los prados de la zona de Iboya.