Concierto muy emotivo para recibir al ya titular de la OSPA que como en un viaje de ida y vuelta afrontó un programa que espero sea la línea a seguir: obras de nuestro tiempo como la del argentino o un estreno absoluto del alicantino, más una imprescindible en todo repertorio sinfónico como esa "Sinfonía del Nuevo Mundo" premonitoria de lo que todos esperamos de nuestra orquesta de cabecera con el flamance director búlgaro cuya felicidad y buen trabajo contagió a todos, profesores y público en general. Hacía tiempo que no se escuchaban tantos aplausos en el Auditorio.
Concierto muy emotivo para recibir al ya titular de la OSPA que como en un viaje de ida y vuelta afrontó un programa que espero sea la línea a seguir: obras de nuestro tiempo como la del argentino o un estreno absoluto del alicantino, más una imprescindible en todo repertorio sinfónico como esa "Sinfonía del Nuevo Mundo" premonitoria de lo que todos esperamos de nuestra orquesta de cabecera con el flamance director búlgaro cuya felicidad y buen trabajo contagió a todos, profesores y público en general. Hacía tiempo que no se escuchaban tantos aplausos en el Auditorio.