Miles Davis Bitches Brew (1970)

Por Peter Allman @pedro12
Llegado el fin de la década de los '60. El Jazz con muchas de sus figuras más representativas ya fallecidas pedía un nuevo cambio. Un rumbo para no quedarse estancado, los músicos de Rock se acercaban más a la vieja industria y los de Jazz empezaban a rejuvenecerse fusionando sus instrumentos con nuevos ritmos como el Rock, Funk... años más tarde el Hip-Hop o la electrónica. Pero hubo una figura que realmente llego a hacer girar el mundo de la música hacia un lado. Siendo la admiración de grandes músicos y sobretodo del trompetista Miles Davis. Fue sin duda Jimi Hendrix ellos dos conectaron rápidamente uniéndolos dos pasiones, el mundo de la música y Betty Mabry. En una de sus biografías el propio Miles Davis llego a comentar que una de sus grandes penas era la de no haber grabado nada al lado de Hendrix. El destino no les quiso cruzar en un mismo estudio de grabación, y eso que el pacto estaba echo para que grabasen un álbum. Pero la muerte de el guitarrista hizo que eso quedase en un proyecto...nada más.
Bitches Brew no sería el primer disco en el que Miles fusionara su música, pero si que es uno de los más grandes que a llegado a grabar. La época de grabar con un cuarteto o un septeto ya había acabado para el, llegando a contratar a músicos de sesión para grabar distintos temas del disco. Crear ambientes diferentes en cada una de las canciones. Dentro de la formacion que iria de gira para tocar con el en directo ya empezarían a sonar con más frecuencia nombres como Chick Corea, Herbie Hancock o John McLaughlin...

Al igual que todas sus grandes obras, Miles Davis se fue con un par de ideas y dejo que la música fluyera dentro de las grabaciones, sabiéndose rodear todo el momento con el músico exacto que el quería para cada canción, desde el principio con "Pharaoh's dance" o la propia que da nombre al disco "Bitches brew", las más largas del disco con momentos realmente espectaculares. Escucharlas es como meterte en un laberinto, al principio siempre andarás totalmente perdido, luego compruebas que muchas puertas dan al mismo sitio, pero si empiezas a saborear cada una de sus notas vivirás uno de los momentos más espectaculares que hayas tenido dentro de el mundo de la música. Para al final terminar saliendo pero con el buen sabor de volver a entrar.
La segunda parte del disco lo abre con la llave española, "Spanish key" seguida por "John Mclaughlin" en la cual improvisa el mismo guitarrista solo y punteos dentro de una canción que si fuera pintada, diría que enmarcaría dentro de una obra de Dalí. Llegando a los últimos momentos con "Miles runs the Voodoo down"o "Sanctuary" esta última con el empiece de Wayne Shorter, muy denso y emotivo, poniendo una linea más clásica a las composiciones, impregnadas de un teclado eléctrico, cediendo la batuta poco a poco a la trompeta de Miles Davis.

Desde la propia portada, pasando por el elenco de músicos que le rodean en una de sus mayores obras. Siendo uno de sus riesgos mayores que tuvo en su carrera músical, donde cada nota que llegaba a tocar o componer era pura poesia. En la edición de 1999 se incluyo una cancion que quedo fuera del disco en su día, "Feio".