29 septiembre 2013 por paushada
Llevo unas semanas perpleja. En realidad debería decir que llevo unas semanas más perpleja de lo habitual.
Han sido muchas las noticias que me han confundido y sorprendido en los últimos días, pero ha habido dos que aún mascullo tratando de explicarme los porqués.
Empecemos con la frívola: el pollo que se ha montado en Estados Unidos con el vídeo Wrecking Ball de la ex niña Disney Miley Cyrus (deben tener un gen que las hace situarse, cuando crecen, justo en el lado contrario a los preceptos que se propone extender la factoria de dibujos animados). Que los norteamericanos son mojigatos por naturaleza es un hecho científicamente probado, pero que una chiquita chupando un martillo y desnuda sobre una bola genere algo más allá que calentamiento (global o no) y que sin embargo no se escandalicen porque haya sujetos que se pasen 22 horas hablando para que solo unos cuantos privilegiados tengan derecho a la sanidad no entra en mis cortas entendederas.
Miley, la bola y el martillo que tanto han ‘conmovido’ a los norteamericanos
La segunda ha conseguido minar, aún más si cabe, la escasa confianza que tenía en la profesión periodística. Pinchen aquí y lean, si son tan amables, la información a la que lleva el enlace al menos hasta el cuarto párrafo. La demanda no es caprichosa: es en el cuarto párrafo cuando se habla de la muerte de 328 personas y de las heridas de otras 400. En los tres primeros y en el titular solamente se menciona la aparición de una isla a causa del terremoto que ha sacudido Pakistán en los últimos días. ¿Hace falta decir más?