Ahí tenemos al Gran Hermano Americano en estado propio. Así es cómo actúa, cómo defiende a los suyos hagan lo que hagan. Militares o mercenarios estadounidense han cometido verdaderas atrocidades en los países a donde van. Bien en actitud bélica o bien como supuesta ayuda para combatir a grupos revolucionarios.
El expresidente colombiano Uribe, un hooligan yanqui de pro, incapaz de poder conseguir acabar con la guerrilla acudió a USA para pedirles ayuda. El resultado ha sido elocuente. De 2003 a 2007 fuerzas militares norteamericanas llegaron a Colombia con el objetivo de terminar con la guerrilla de las FARC. Su saldo no pudo haber sido más negativo. La FARC ha seguido actuando y matando hasta que el nuevo presidente Santos ha conseguido treguas que parece que terminarán en un acuerdo de paz.
Pero la cosa no quedó sólo en este fracaso, además las tropas yanquis cometieron verdaderas tropelías entre la población colombiana, por ejemplo violaron a 54 menores colombianas, entre otras lindezas, algunas de doce años.
Siendo grave los hechos, lo más grave es la impunidad con que actuaron. Todos los casos –repito: todos los casos— han quedado impunes gracias a los acuerdos bilaterales y a la inmunidad diplomática de los militares estadounidenses.
Ya en 2009 había denuncias de 23 casos de abuso sexual a menores, sin que se tomara ninguna medida. Y se sabe que el total de mujeres víctimas de delitos sexuales llegó a 7234 mujeres.
Un saldo magnífico. Y mientras tanto, Obama, ese premio Nobel de la Paz mirando a Alaska y haciéndose el tonto. Otro caso más donde Estados Unidos, esa “democracia modelo”, da muestras de su solidaridad, amistad y ayuda a otros pueblos.
No pasa nada. Prostitución forzada, violación a menores gratuita. Y digo gratuita no sólo porque fue una violación en toda regla, sino que además sólo ha faltado aplaudirles. Ni una acusación, ni un juicio, nada de nada. Y encima los canallas vendieron las grabaciones que hicieron de esas violaciones como material pornográfico. ¡Negocio redondo!
Estos militares violadores estarán viviendo tranquilamente, sin remordimientos, a cuerpo de rey, llenos el pecho de medallas como héroes en Colombia, con todo honor y prebendas, mientras que han destrozado la vida de las mujeres violadas y sus familias, que encima pueden encontrarse, si entran en Internet, con algún pasaje pornográfico donde son protagonistas.
Es verdad que estos casos se cometieron durante el mandato presidencial de Bush --ese energúmeno deficiente al que le gustaban las guerras más que a un tonto un lápiz—, pero también hay que decir que Obama no ha movido un dedo, que ni tan siquiera ha pedido explicaciones. Lo que dice mucho del personaje.
No tienen remedio. Son salvajes. Ahí sigue todavía Guantánamo una prueba más de su democracia modelo. Una prueba más de cómo cumple sus promesas el gran Obama. Lo grave es que todavía hay quien los sigue y los ensalza como si fueran los grandes salvadores del mundo. Todavía no han entendido que sólo intervienen en propio beneficio y en el de su industria armamentística. ¡Canallas!
Salud y República