Bill Gates acaba de anunciar que invertirá 100 millones de dólares (80,2 de euros), sólo inicialmente, para acelerar la investigación contra el Alzheimer, el triste y angustioso mal que puede afectarnos a todos. Ya había donado unos 5.000 millones para otras causas.
Poco frente a su fortuna, protestan los anticapitalistas, que nunca producirán riqueza alguna. Menos, partiendo de cero como Gates, o tantos otros milmillonarios: el que fue mandadero adolescente de una camisería coruñesa, Amancio Ortega, ha donado 320 millones de euros en tecnología contra el cáncer en España.
En la economía digital que ya impulsa al mundo, los creadores de riqueza no son acaparadores, como tantos millonarios anteriores: la reparten, pero no entregando dinero, sino medios para que sus beneficiarios mejoren su vida y prosperen intelectual y físicamente.
Gates y su Microsoft, Mark Zuckerberg, con Facebook, Richard Branson y Virgin, Elon Musk de Tesla, el financiero Warren Buffett o la mayor fortuna del mundo ahora, Jef Bezos de Amazon, se han comprometido a entregar la mitad de sus fortunas para causas como las de Gates.
No se trata de hacer como tantas oenegés que emplean gran parte de lo recaudado en su propia burocracia, y que dan algunos peces pero no crean tecnología para cultivarlos.
Se trata de crear una nueva economía basada en la investigación y desarrollo de todo lo que pueda contribuir a mejorar la vida humana.
Estos milmillonarios, aparte del poder multiplicador que producen al crear decenas de millones de puestos de trabajo enriquecedores de quienes los rodean, y que se expanden como las ondas de un lago, han contribuido a que la pobreza mundial haya caído de casi el 40 por ciento de la población en 1980 al diez por ciento actual, unos 735 millones de seres. Y bajando.
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SALAS
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TABARNIA
El presidente de Tabarnia, Albert Boadella, convocó hoy para el domingo, día 25, la primera manifestación de tabarneses contra el separatismo tractoriano.