Llevo un tiempo inspirada con las recetas italianas y como me gusta variar mucho las comidas, es una alternativa muy acertada. La cocina italiana me gusta. Me atrevería a decir que al menos una vez en semana comemos italiano, contando pizzas, pastas de todo tipo, risottos, ñoquis, frittatas...
Me acordé estos días atrás de la sopa minestrone y es por eso que he decidido explicaros cómo la preparo yo, que más que una sopa lavada es un plato contundente, en mi versión. ¿Grasas? pues no le pongo ninguna, salvo aceite de oliva, aunque mi marido siempre que la hago me dice lo mismo: "A esto le habría venido bien una puntilla de chorizo o de jamón". Y yo le digo: Otro día. Esa puede ser vuestra elección, si os apetece.
Ingredientes:
- Puerro 1.- Cebolla ½.- Apio 2 ramitas.- Tomate maduro 1.- Laurel 1 hoja.- Caldo de verduras 1 litro.- Aceite de oliva 6 cdas.- Patata 1 mediana.- Zanahoria 1.- Guisantes en conserva 4 cdas.- Alubias blancas cocidas 200 g.- Pasta 2 puñados.- Pimienta molida (opcional). - Sal.
Elaboración:
Ponemos el aceite en una cacerola y sofreímos cortados menudos la cebolla, el apio y el puerro con el laurel.
Cuando transparenten añadimos el tomate sin piel y cortado en daditos.
Cinco minutos después volcamos el caldo de verduras y cuando rompa a hervir echamos la patata y la zanahoria en trozos medianos.
A medio cocer la patata y la zanahoria incorporamos las alubias, los guisantes y la pasta. Probamos de sal y si es de nuestro gusto ponemos pimienta recién molida.
Cuando la pasta esté cocida (ocho, diez minutos) servimos, con un poco de perejil. ¡Y a disfrutar!