En nuestro caso, vamos a cambiar los copos de avena por amaranto en grano, un pseudocereal sin gluten, fácil de cocinar y con un perfil nutricional bastante interesante. Estas semillas están repletas de proteína, son ricas en lisina (un aminoácido esencial cuyo contenido es muy bajo en otros cereales y pseudocereales). La lisina cumple una función importante en el crecimiento, convirtiendo carnitina, ayuda al cuerpo a absorber calcio y es esencial en el desarrollo del colágeno. Además, contiene una variedad de nutrientes que incluyen la vitamina B6, tiamina, niacina, riboflavina y calcio, y su contenido en carbohidratos es relativamente bajo en comparación con otros cereales y pseudocereales sin gluten.
De la misma manera que hago con otros granos, semillas y frutos secos, pongo a remojar el amaranto para neutralizar el ácido fítico y antinutrientes que pueden dificultar la digestión. Si quieres aprender más acerca del por qué y cómo remojar, fermentar y germinar, te aconsejo que te hagas con el libro Nourishing Traditions, de Sally Fallon.
- ½ taza de amaranto en grano
- 1½ tazas de leche de coco (o leche de almendra)
- ½ vaina de vainilla, o canela, o especias de pastel de calabaza o de pastel de manzana
- Una pizca de sal
- 180 gr de arándanos (o cualquier otro fruto del bosque), congelados o frescos
- 1 – 2 cucharaditas de miel o sirope de arce (al gusto)
- Un poco más de leche de coco o almendra, o nata
- Remoja el amaranto en agua la noche anterior (hasta 24 horas antes)
- Por la mañana, cuela y enjuágalo en un colador de malla fina. Ponlo en una cazuela, junto con la leche de coco, la sal y el interior de la vaina de vainilla, o las especias de tu elección, calienta hasta que comience a hervir, removiendo de vez en cuando, y reduce a fuego medio-bajo.
- Cocina durante unos 20 minutos, sin dejar de remover con una cuchara para que no se pegue, hasta que haya espesado, asemejándose a las gachas, y el amaranto se haya vuelto transparente. Puedes añadir líquido adicional durante el proceso (leche o agua), el amaranto seguirá absorbiéndolo.
- Pon los arándanos y la miel en otra cazuela, a fuego medio, hasta que se calienten y adquieran un aspecto similar al de la mermelada.
- Sirve las gachas en un bol con los arándanos por encima, y un chorrito adicional de leche de coco o nata.