104 páginas || Papel y ebook
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Existen circunstancias que establecen el inicio de una nueva etapa de la vida, en la cual debemos aprender a flotar para así no permitir que nos hunda. Al haber sangrado y cicatrizado esta experiencia, la autora Alexandra Lemi nos trae su conmovedora historia al darle cara a los ataques de pánico, y cómo unos hechos que le resultaron desgastantes la guiaron hacia el descubrimiento de su luz propia.
Por medio de relatos, consejos, y poesía, nos demuestra que cada corte termina por sanar, quedando Todas las heridas que ya no duelen, transformadas en un proceso de sanación que se narra a lo largo de cada una de estas páginas.
Si te sientes perdido, aquí puede que encuentres tu camino.
Reconozco que cuando la autora me ofreció el libro, acepté porque pensaba que me iba a encontrar en él algo distinto. Bueno, realmente lo que pone en la sinopsis: relatos, consejos y poesía. Y no es que el libro no tenga las 3 cosas, que las tiene, pero realmente lo que más nos ofrece es el relato de la experiencia de la autora con la ansiedad, y los ataques de pánico. Es al final cuando tenemos algunos relatos/poemas, pero son muy poquitos, así que no es que el libro en sí me haya decepcionado, pero tampoco me ha llegado como quizá le llegaría a otras personas. Yo no he sufrido ni ansiedad, ni nada parecido nunca, lo que he podido vivir ha sido a através de mi chico, pero obviamente no es lo mismo que sufrirlo en primera persona y por eso no he podido conectar con lo que la autora nos relata. Empatizar sí, obviamente, porque soy consciente de que lo conlleva sufrirlo, pero nada más. Y la verdad es que es una pena.
Así que, lo único que puedo hacer es recomendároslo. Lo cierto es que su forma de escribir, de transmitir, de contar su verdad, me ha gustado mucho, así que sé que si en algún momento saca un libro que sí sea de prosa poética, o de relatos, o incluso una novela, la leeré, y la disfrutaré muchísimo más. Porque es de esas personas que transmite a la perfección lo que quiere contar, y llega, hayas pasado o no por lo mismo, llega hasta ti y te cala hondo. Y eso es maravilloso.
No puedes esperar que los demás entiendan aquello que nunca les ha tocado vivir.