Martin Schwartz, psicólogo de la policía, perdió hace cinco años a su mujer y a su hijo durante unas vacaciones en el crucero Sultan of the Seas. Nunca se supo con certeza lo ocurrido. Martin no ha logrado recuperarse y busca refugio en su trabajo como agente encubierto en operaciones suicidas.
En el transcurso de una misión, recibe la llamada de una anciana dama algo extravagante, que se presenta como autora de novelas de suspense. La mujer afirma que existen pruebas relacionadas con la desaparición de la familia de Martin, y urge a este a que vuelva a embarcarse en el Sultan. Él, que había jurado no volver a poner un pie en un barco, acata sus indicaciones y se entera de que una niña desaparecida semanas atrás en el Sultan ha aparecido… con el osito de peluche del hijo de Martin bajo el brazo.
Un crucero es una pequeña ciudad en la que todos los años desparecen decenas de pasajeros: el lugar para el crimen perfecto.
Ficha del libro: AQUI
“El pasajero 23” ha sido un libro que me ha gustado un montón. Es la segunda vez que leo una novela de Sebastian Fitzek (la primera se titulaba “Terapia”) y las dos han conseguido mantenerme enfrascada en la lectura cada momento libre que tenía.
Me gusta como construye las tramas este autor, nunca sabes por dónde va a llevarte y cuando crees que todo está claro y explicado, sabe sacarse un as de la manga que riza todavía más el rizo y confieso que ha conseguido sorprenderme una vez másCapítulos cortos, de esos que te dejan con la miel en los labios y que para retomarlos debes pasar primero por la lectura de otros dos o tres igual de tentadores, y que al final consiguen que sea imposible leer “sólo uno más” antes de dejarlo.El escenario elegido para contar esta historia, es un trasatlántico, donde no es la primera vez que “desaparece” un pasajero, pero ¿por qué? ¿se suicidan? ¿accidentes quizás? ¿alguien los asesina?... al fin y al cabo un barco en medio de la nada, sin policía, y con tantos rincones donde ocultar algo o alguien o esconderse, puede ser el sitio idóneo para que muchas mentes maquiavélicas cumplan sus más perversos sueños.
“El pasajero 23” es una novela que engancha, de ritmo vertiginoso, ideal para desconectar del mundo un par de tardes.
Durante años, Sarah y Jennifer, dos amigas inseparables, elaboraron una lista de cosas que había que evitar a toda costa por motivos de seguridad. La llamaron la “Lista prohibida”. Una noche, sin embargo, en contra de lo que les dictaba su instinto, subieron a un taxi. Y esa decisión cambiaría sus vidas para siempre.
Secuestradas por un sádico, pasaron tres años encerradas junto a otras dos chicas en un sótano. Una década después, Sarah se esfuerza por retomar su vida y asumir el hecho de que su amiga Jennifer murió en aquel sótano. Su torturador podría salir en libertad condicional, y ya no puede seguir ignorando las siniestras cartas que le envía desde la cárcel.
Ha llegado el momento de enfrentarse a sus traumas. Para ello, Sarah inicia una búsqueda que la llevará de un extremo a otro del país y la introducirá en el perverso mundo del sadomasoquismo y las sectas secretas… desvelando un misterio mucho más horrendo de lo que podía imaginar.
Ficha del libro: AQUI
“La lista prohibida” de Koethi Zan me ha parecido un libro muy interesante. Cuenta la historia de unas chicas que tras estar secuestradas en un sótano durante varios años, consiguen sobrevivir a la traumática experiencia y ahora, después de 10 años, deben enfrentarse a sus miedos si quieren cerrar ese horrible capítulo de su vida.
Me ha gustado mucho cómo la autora consigue transmitirnos lo mal que las chicas lo pasaron en aquel sótano, lo que tuvi
eron que soportar y cómo se enfrentaron a ello, sin regodearse en detalles escabrosos, algo que a priori no parece fácil y también lo bien logrados que están los perfiles de cada una de las supervivientes, las secuelas que aquella experiencia deja en cada una y cómo se han enfrentado desde entonces a sus propias vidas.El final también me ha gustado mucho porque sinceramente me ha sorprendido y eso siempre es de agradecer, así que sí, se puede decir que he “disfrutado” (lo pongo entre comillas, porque la temática no es precisamente para disfrutar) de esta novela.