Conocí a Florencia Etcheves, escritora y periodista argentina, con su anterior trabajo, Cornelia, una novela que abordaba sin tapujos la trata de mujeres así que no tuve ninguna duda a la hora de leer su última publicación. En Errantes conoceremos a Carmen Hidalgo, famosa periodista televisiva, que a raíz de descubrir una antigua foto de su madre, y mientras investiga la conexión que puede existir entre el suicidio de tres adolescentes, se ve envuelta en el peligroso mundo de las sectas. Dos hilos argumentales aparentemente inconexos, al que se unirá un tercero para terminar de descolocarnos totalmente preguntándonos no ya cuál será el punto de unión, que en un momento dado es fácil de intuir, sino el cómo lo hará la autora para que todo case a la perfección como efectivamente termina haciendo.
Una trama ágil que capta nuestra atención lectora desde el inicio y una prosa sencilla y tremendamente visual son las grandes bazas de esta novela que nos conduce casi a ritmo de thriller por una historia sólida y bien armada y es que, sin perderse ni en florituras ni en descripciones, la narración es tan directa y los personajes están tan bien perfilados con sus acciones, que Errantes no necesita más de las doscientas cincuenta páginas que tiene para construir una buena novela a la que merece la pena acercarse sin dudarlo.Me llamó la atención esta novela cuando recibí un correo presentando su publicación y sin pararme a pensarlo mucho me hice con ella. En Llamarás un domingo por la tarde su protagonista, homosexual y alrededor de los cuarenta años, acaba de sufrir una ruptura sentimental y, como tantos otros en su situación, inicia un periplo dirigido a superar el desamor, espantar la soledad y alcanzar la tan ansiada felicidad. Porque éste y no otro es el tema principal de la novela, una búsqueda en la que no solo los amigos forman una parte fundamental, sino todo aquello que la vida contemporánea nos ofrece de modo que, por ejemplo, las redes sociales, el culto al cuerpo y su exhibición para el resto del mundo son alguno de los puntales sobre los que se asienta la novela.
Llamarás un domingo por la tarde me ha resultado bastante irregular especialmente en cuanto a su ritmo y ello ha provocado que haya tenido sensaciones encontradas. Había capítulos que prácticamente devoraba y otros que, en cambio, me resultaban menos dinámicos de leer. Lo que sí ha prevalecido durante toda la lectura ha sido la íntima conexión con el protagonista, un auténtico "dramas" de la vida con el que en más de una ocasión me he sentido muy identificada. En definitiva, una lectura distinta y una apuesta original.