Antes de entrar de lleno en la rentrée de 2025 en el blog (aunque esta haya de venir aún con dos libros leídos en 2024), me apetecía hoy, día tan señalado —al menos por estos lares— como es el de los Reyes Magos, traeros alguna lectura especial. Pocas cosas hay más especiales que la poesía cuando esta le habla de tú a tú a quien la lee o escucha. La mini-reseña que os traigo hoy ni siquiera llega a eso, a mini-reseña —pues, como ya os he comentado en alguna otra ocasión, me declaro incompetente para reseñar poesía—, pero sí que le dedica unas líneas a dos poemarios que son pura marvilla y a dos poetas que, cada una en su estilo, manejaron la palabra y el sentimiento como pocos. Se trata de un post que publiqué en redes sociales allá por principios de octubre de 2018 y con el que anunciaba mi ya por entonces materializada intención de comenzar a leer más poesía, la cual —esa iniciada intención— poco después —todo hay que decirlo— se desvaneció por falta de tiempo. Complemento la entrada con dos poemas —uno de cada poemario— que también compartí en su momento en mis perfiles de redes, así como con un vídeo que colgué mostrando la exquisita edición bilingüe (y qué ilustrada de Nórdica no lo es) de uno de estos dos libros bellamente aderezada por las ilustraciones Kike de la Rubia. Sé que habéis sido buenos, así que disfrutad del regalo que son Emily Dickinson y Wisława Szymborska.
El viento comenzó a mecer la hierba y Paisaje con grano de arena - Emily Dickinson y Wisława Szymborska
¿Existe, pues, un mundo
cuyo destino regento con absoluta soberanía?
¿Un tiempo que retengo con cadenas de signos?
¿Un vivir que no cesa si éste es mi deseo?
Alegría de escribir.
Poder de eternizar.
Venganza de una mano mortal.
Alegría de leer y de seguir leyendo y descubriendo. Alegría también de seguir contándooslo.
Acomodada así, podía recoger la abundancia
que no dejaba de caer.Y además, mi cesta.Déjame pensar... sí,estoy segura de que era todo.Nunca hablaba, a no ser que me preguntaran;y entonces, escuetamente y bajo.No podía soportar vivir en voz alta;el bullicio me azoraba tanto...Y si no fuera porque hace mucho que pasó,y si los que yo conocía se hubieran marchado,a menudo pensé qué inadvertidamentepodría haberme muerto yo.Emily DickinsonTraducción de Enrique Goicolea
He aquí por donde se debió empezar: el cielo.Ventana sin alféizar, sin marco, sin cristales.Un hueco, sin más,pero abierto de par en par.
No necesito esperar una noche serena,
ni alzar la cabezapara contemplar el cielo.Lo tengo a mi espalda, a mano y en los párpados.El cielo me arrebuja today, desde abajo, me hace flotar.Las más altas montañasno están más cerca del cieloque los valles más profundos.No existe un lugar donde abunde másque en otro.Sobre un nubarrón pesa tantocomo sobre una tumba.El topo asciende a los cieloscomo el búho que agita sus alas.Lo que cae en el abismocae del cielo en el cielo.Friables, líquidos, rocosos,volátiles y llameantes,los espacios del cielo, las migas del cielo, las brisas del cielo y los montones de cielo.El cielo está en todas partes,incluso en la oscuridad bajo la piel.Me alimento de cielo, evacuo cielo.Soy una trampa en la trampa,un habitante habitado,un brazo abrazado,una pregunta en respuesta a una pregunta.La división entre Cielo y Tierrano es el método adecuadopara concebir esta totalidad.Sólo permite sobreviviren un domicilio más concreto,más fácil de encontrar,por si alguien me buscara.Mis rasgos personales sonadmiración y desespero.Wisława SzymborskaTraducción de Jerzy Sławomirski y Ana María Moix
Ficha de los libros:Título: El viento comenzó a mecer la hierba / Paisaje con grano de arenaAutora: Emily Dickinson / Wisława SzymborskaTraductor: Enrique Goicolea / Jerzy Sławomirski y Ana María MoixPresentación: Juan Marqués / Jerzy SławomirskiIlustrador: Kike de la Rubia / --- Editorial: Nórdica / LumenAño de publicación: 2013/ 1997Nº de páginas: 112 / 224ISBN: 978-84-92683-86-4 / 84-264-2795-2Si te ha gustado...¿Compartes? ↓