Mini Review…por César del Campo de Acuña
La última película que vi de Keanu Reeves en el cine fue La leyenda del samurái (47 Ronin). Concretamente pase por taquilla el 25 de diciembre de 2013, el mismo día que se estrenó en España. No he ido a ver más films del actor, no porque me caiga mal o las películas en las que ha participado tras la citada 47 Ronin no me interesaran, sino porque todas y cada una de las cintas en las que ha tenido un papel o no han llegado o han salido directa al mercado doméstico. Ese fue el destino de John Wick, producción protagonizada por Reeves inmediatamente después de estrenar la adaptación de la leyenda japonesa. La propuesta dirigida por Chad Stahelski y David Leitch en 2014 pasó volando tan bajo que mi radar no la detecto hasta que un amigo, a finales de 2016, me recomendó, encarecidamente, su visionado. La pille, por casualidad, en un pase televisivo y un par de semanas más tarde escribí sobre ella de manera breve. Antes de atravesar sus 101 minutos de duración había leído, por encima, alguna que otro titular de reseña y comprobado su puntuación y/o frescura en algún que otro portal siendo esto último algo que nunca hago.
¿Y que escribí sobre John Wick?, pues esto: “John Wick (Chad Stahelski y David Leitch – 2014). Hace un par de semanas tuve la oportunidad de ver John Wick tras la recomendación de un amigo. Me gustó mucho. Me pareció una entretenidísima película de acción con un ritmo excelente y personajes interesantes. Keanu Reeves se convierte en este film en un ex asesino de la mafia que se embarca en una cruzada contra la organizatsja tras estos deshacerse, por error, del último regalo que le hizo su difunta esposa. Suena a cliché…sí ¿y qué? las mejores cintas de acción se basan en conceptos básicos, luego depende de cómo se desarrolle la trama y se filme la acción y los dos directores algo saben del tema a tenor de su experiencia en el campo de los efectos especiales/stunts. La fotografía es buena gracias a una paleta cromática reducida y fría que acentúan el mundo por el que el protagonista se mueve. La banda sonora es anodina pero acompaña. En general, cuando llegas a los títulos de crédito no terminas agotado como en Redada asesina, pero sí muy satisfecho. Ven, si se quiere se puede hacer una buena película de Max Payne sin la necesidad de Mark Wahlberg poniendo caras.”
Leyéndola ahora siento cierto grado de vergüenza. Es cierto que omití voluntariamente algunos aspectos de la película para que fueran descubiertos por los pocos que, tras leer esa pequeña reseña, se decidieran a verla pero, no es menos cierto que no pude hacer menos apetecible la propuesta. El caso es que John Wick me gustó mucho y cuando me entere de que su evidente secuela (la primera duplico, solo en la taquilla estadounidense, lo que costo la producción) llegaría a las salas de cine de mi país sabía que pasaría por la sala para poder verla en pantalla grande. John Wick: Chapter 2 o como se ha titulado en España John Wick 2: Pacto de sangre, empieza en el punto exacto en el que termino la película de 2014. Tras rescatar su coche, John Wick recibe un último contrato obligatorio por parte de un miembro de la Camorra. Este, por medio de una deuda de sangre, obliga al frio asesino interpretado por Reeves, a asesinar a su hermana. A partir de ese momento, Wick sabe que tratar de abandonar ese mundo no será posible ya que si cumple el trabajo, al que está obligado, las pistolas de todos los asesinos del mundo apuntaran directamente a él.
En esta ocasión tan solo dirige Chad Stahelski (aunque David Leitch no fue acreditado por sus labores de dirección en la primera) y vuelve a poner sobre la mesa un festival de tiroteos, persecuciones y peleas cuerpo a cuerpo. Lo mejor es que, sin duda, por su paso en los efectos especiales sabe dónde tiene que colocar las cámaras para conseguir tomas claras y espectaculares que permiten al espectador disfrutar plena y satisfactoriamente de unas coreografías cuidadas al milímetro y apabullantes en su ejecución. El escritor/guionista Derek Kolstad repite y lo hace expandiendo notablemente el universo del que solo mostro unas pinceladas en la primera entrega de las andanzas del peligroso John Wick. El entorno es rico en matices y personajes mostrando que estos últimos no son solamente un grupo de desalmados asesinos al servicio del capo de turno sino que conforman una de las piezas claves de un sindicato criminal que controla el mundo en la sombra haciendo valer una serie de liturgias, normas y reglas que impiden que cunda el caos entre ellos. Desde los salones de los diferentes Continentales donde no está permitida agresión alguna, pasando por los contratos mundiales, los pagarés vinculantes hasta llegar a los miembros de La Mesa.
Como ya he mencionado el mundo de John Wick es rico en matices; No se trata solamente de un asesino a sueldo de la mafia que se mueve por esa serie de lugares comunes que todos conocemos gracias a la ficción. No, hay mucho más y en John Wick 2: Pacto de Sangre nos adentramos en el desde, prácticamente, el primer minuto de metraje. Bien es cierto que, aun encontrándola sumamente entretenida y espectacular, tiene un par de elementos que no me hacen especial gracia. El principal es el villano (Riccardo Scamarcio). Si, quieres verle morir pero en ningún momento es una amenaza para el personaje al que da vida Reeves. Lo único que le salva de la quema total es su secuaz Ares (Ruby Rose, a la que pudimos ver en xXx: Reactivated). El otro aspecto que no me gusta es su corte episódico. Esta es otra cinta de transición que desembocara en una inevitable (dada su buena acogida tanto de crítica como de público) tercera parte. Por lo demás John Wick: Chapter II es una excelente película de acción que hará las delicias de aquellos aficionados al género a los que no les guste la violencia aguada de obras como Fast & Furious 8.
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