Género: Drama criminal
Nacionalidad: Inglesa
Creadores: Mark Gatiss y Steven Moffat
Temporada: 1 (Tiene 2 y habrá una tercera)
Capítulos: 3
Duración capítulos: 1 hora y 30 minutos aproximadamente
Actores: Benedict Cumberbarch, Martin Freeman, Una Stubbs, Loo Brealey, Rupert Graves, Zoe Telford, Vinette Robinson y Mark Gatiss.
Sinopsis:
Estudio en rosa: La policía investiga la muerte de una serie de personas que parecen haberse suicidado tomando una píldora venenosa. El Detective Inspector Lestrade acude a su "asesor no oficial", Sherlock Holmes, que deduce los diversos elementos que apuntan a un asesino en serie. Mientras tanto, Holmes conoce a John Watson, y deciden compartir un piso de Baker Street.
El banquero ciego: Sherlock es contratado por un viejo amigo para investigar un misterioso robo en un banco en la ciudad. Él descubre que los símbolos pintados con spray en una pared de la oficina es un mensaje cifrado destinado a un empleado del banco, que más tarde se descubrió muerto en su apartamento.
El gran juego: Mycroft le encarga a su hermano Sherlock que investigue la sospechosa muerte de un empleado del gobierno que estaba trabajando en un proyecto secreto de defensa de alto secreto, el Proyecto de Bruce-Partington.28 Después de aparentemente rechazar el caso, Sherlock comienza a ser burlado por un siniestro criminal que pone a sus víctimas en chalecos explosivos y establece plazos a Sherlock para resolver casos aparentemente sin relación.
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Opinión de MJ:
Esta serie es una de las más aclamadas en el Reino Unido y por fin llegó a España. Debo reconocer que no ví la serie por ser amante de las historias detectivescas de Sherlock Holmes, nunca me he sentido tentada de leer ningún libro en el que el susodicho sea protagonista, y aunque la serie me ha encantado, sigo igual.
Me puse a ver esta serie por, como ya he dicho, sus buenísimas críticas, y el primer episodio no me gustó nada y no precisamente por mis expectativas. Siento decirlo pero el primer capítulo no me sorprendió para nada porque aquello que el gran Sherlock deducía no me parecía tan difícil de saber, y si una serie radica en las espléndidas deducciones de su protagonista y te las ves venir, pues mal vamos.
Mi madre se quedó durmiendo, mi hermano se fue a ver una película y yo me obligué a terminar de ver el episodio. Sherlock no me pareció tan agudo como esperaba que fuese pero sí tenía ese toque cínico, puntilloso, irónico, pirado e impaciente que consiguieron que viese todo el capítulo. Eso me gustó, pero todo quedó ahí.
John me gustó un poco más que Sherlock, pero poco más. Muy callado, muy soso y sin enfandarse por nada, ni con Holmes aún cuando éste le trataba como el culo y lo abandonaba en medio de Londres sin decirle ni mú, y encima luego le sermonea por dejarle solo... Me pareció un poco tonto este John, todo sea dicho.
A la semana siguiente decidí dar una segunda oportunidad a la serie y me alegro muchísimo de haberlo hecho. El segundo episodio no solo me gustó mucho más (aunque seguía faltándole algo), sino que el personaje de Sherlock ya sí era mi preferido y John quedó en un tercer o cuarto puesto. ¿Por qué tan bajo? Porque al ver que cierto personaje femenino tan querido por él puede morir, solo se queda murmurando que no y mirando el posible objeto que puede matarla, nada más. Incluso cuando todo termina se limita a quedarse sentado mientras es Sherlock quien siendo el personaje que menos muestra sus sentimientos (cree que es una gran debilidad), va y se muestra ni más de preocupado y solícito.
Y por fin el último episodio, el tercero, el que me enamoró por completo por dejarnos sin aliento en los mini-casos que forman el caso principal y ese final de infarto. Aquí por fin aparece Moriarty, que caracterizado como sale, ¡es la caña! Parece poquita cosa, pero el actor le pone una vocecita que junto con los abundantes gestos que hace y sus evidentes cambios de entonación (de enfadado a alegre e inocente), le confieren una imagen de lo más característica y perturbante.
Esta serie me ha encantado, en gran medida, por el papelón que hace Benedict Cumberbarch como Sherlock Holmes. Al principio me costó hacerme a él, pero luego es imposible desintoxicarse, el tremendamente adictivo. Es un personaje que pareciendo tan frío, distante y carente de emociones incluso hacia las personas más allegadas a él, en realidad es todo lo contrario pero solo lo deja ver en pequeñas dosis, las justas para engancharse cada vez más y luego sea impensable el dejar de ver la serie.
Obviamente la serie también te atrapa por sus casos, sobre todo los del segundo y el tercer capítulo. Y sí, también porque un Sherlock tan pirado en el siglo XXI no es algo que se vea todos los días, queda de lo más extravagante y divertido.
Realmente os recomiendo esta serie incluso si el primer episodio os choca demasiado o no os gusta, ya que luego mejora mucho y no solo por los diferentes casos, sino porque vemos que Sherlock no es como nos lo pintaron en el capítulo anterior y que en realidad es un trozo de pan u osito achuchable atrapado entre tanto dato y a saber qué más.