Personal Property (1937)
Por Roy BeanFicha TécnicaTítulo original:Personal PropertyAño: 1937Duración:84 minPaís: Estados UnidosDirector:W.S. Van DykeGuión: Hugh Mills, Ernest Vajda en la adaptación de la obra de H.M. Harwood.Música:Franz WaxmanFotografía:William H. Daniels (B&W)Reparto:Jean Harlow, Robert Taylor, Reginald Owen, Una O'Connor, Henrietta Crosman, E.E. Clive, Cora Witherspoon, Marla Shelton, Forrester Harvey, Lionel Braham, Barnett ParkerProductora:Metro-Goldwyn-Mayer.
Y llegamos a la, por desgracia, ultima película del pack y la antepenúltima de nuestra querida y adorada rubia platino que nos dejaría a finales del 37. Es difícil de creer que un año más tarde la Harlow nos dejaría, con su recuerdo y su rutilante brillantez.
Obra teatral representadapor primera vez en Londres en 1903 y remake de un film del año 1931 titulado “The man in possesion” interpretado por Robert Montgomery e Irene Purcel, en los respectivos papeles que en “Personal Property” representarían Jean Harlow (Crystal) y Robert Taylor ( Raymond Dabney/ Fergusson). El autor de la pieza teatral Harold Marshall Harwood (1874-1959) aplicaría su método de trabajo al servicio de Hollywood escribiendo varios guiones a principios de los años 30.
Dirigida por WS Van Dyke , Robert Taylor interpreta a Raymond Dabney, un cabeza loca hijo de una familia británica bien aposentada en el sector de la industria de la ropa interior femenina, cumple una pequeña condena en prisión por hacer un trueque con un coche que a su vez estaba sin pagar. Raymond es el ojito derecho de su madre Clara (Henryetta Grossman), pero que no recibe la misma acogida por parte de su hermano un tipo de mente seria , Claude (Reginald Owen), junto a su convencido padre Coosgrove Dabney ( E.E. Clive) y le ofrecen 300 libras para quitarse del medio, ir lo mas lejos posible a intentar comenzar una nueva vida, posiblemente en Canada o Australia, pero el, obviamente prefiere quedarse en Londres, su “lugar por naturaleza”. Crystal Wetherby (Jean Harlow) es una viuda americana de un cazador que lo único que le ha dejado en herencia son los disecados trofeos de piezas mayores que fue juntando en sus salidas por todo el mundo. Crystal está en las últimas, no tiene un penique, y está siendo acosada por el Sheriff para cobrar las cuatrocientas y pico libras que tiene por deuda. En un coctel Raymond cae irremediablemente enamorado de Crystal, pero esta no le hace caso, aquí empieza una persecución, palcos de ópera incluidos mientras se representa Aida… por si acaso no es suficiente la sigue a su casa después del desplante. A través de un acuerdo con el alguacil del Sheriff que hace casi fermente guardia frente a la mansión de Crystal, pero que esa noche precisamente está esperando que su mujer traiga esa noche un nuevo bebé a la familia, arregla con Raymond que se quede como alguacil, y así de paso conseguir introducirse en la mansión, como guardián de los bienes. Debido a su próxima cena planea entretenera su novio y futuros suegros, para lo cual Raymond se compromete a ayudarla haciendo el papel de mayordomo, con el nombre de Fergusson.Todo va bien hasta que Raymond/ Ferguson conoce al invitado y próximo marido de Crystal, que no es otro que su hermano Claude, que acude a la cena con su padre y su madre, que sólo sigue teniendo ojos para él. Cuando parece que la trama se va a ver más centrada en el personaje de Robert Taylor todo vuelve a tomar su equilibrio, de nuevo con la aparición de Crystal. La película cuenta con varios momentos divertidos, pero en ningún momento llega a convertirse, honestamente en una hilarante comedia. Un momento verdaderamente divertido es cuando aparece en la cena el personaje de Lord Castairs (Barnett Parker) y su forma murmurante de hablar. Finalmente el personaje del mayordomo Raymond/Fergusson logra reunir 500 libras por abandonar la casa y así hacerse cargo de la deuda de Crystal. También es destacable el papel de criada de Una O’Connor. Es la única vez que coinciden en pantalla laHalow con Robert Taylor, comprometido por aquel entonces con Barbara Stanwyck, Van Dyke acostumbrado a hacer una sola toma para cada escena, puso fin al rodaje en tan sólo veintiún días. Muestras de la frágil salud de Harlow trascenderían en la pantalla, pero el estudio se encargo de ocultar, en la medida de lo posible, una realidad que pronto se revelaría en toda su crueldad pues fallecería tres meses después de haberse estrenado Personal Property, a principios de 1937. Repleta de ingeniosos y muy seguidos diálogos,Personal Property cabalga entre la sátira y la comedia sofisticada, con arreglo al concepto de “Batalla de sexos”, que protagonizan de manera modélica sus dos protagonistas principales. En su crónica para el New York Americanla crítica se hacía eco de la química que desprendían la pareja de interpretes.