Hace algunas semanas, les escribí sobre lo agotada que me siento y lo desesperada que estoy por tener mis anheladas vacaciones (soy profe uff).
Vivo la rutina de muchas mujeres durante el día, con la pequeña diferencia de que no tengo hijos. Me levanto, trato de verme digna a estas alturas del año, trabajo todo el día, como golosinas por doquier (me están matando lentamente) y vuelvo a casa sofocada en el metro.
Apenas entro al condominio y veo la ventana de mi departamento a lo lejos, sueño con abrir y cerrar los ojos y estar instalada en casa, tomando algo refrescante, así de cansada, ¡qué atroz!
Retomando el título... lo primero que hago y mi placer sagrado, que de verdad recomiendo a todas es: llegar a tu casa, no mirar nada, menos el desorden que dejaste en la mañana, entrar a tu pieza, dejar tu bolso y sacarte los zapatos ahhhhh (que grato) recostarte y estar así sin ruidos ni interrupciones por 10 minutos, lejos lo más divino de mi día.
Un momento solo para ti, despejo mi mente, relajo mi cuerpo y recargo energías en ese pequeño lapsus de tiempo. Es que les prometo nada supera llegar a casa y sacarme los zapatos, es casi como respirar profundo, definitivamente háganlo y, sobre todo, practicar ese silencio durante algunos minutos, es impagable.
Y tú ¿qué haces al llegar al casa?