Pues la verdad, al ver que el segundo libro de la trilogía era de Kate y un vete-a-saber-quién me dieron ganas de resoplar. De hecho, resoplé. Yo quería Laura, puñetas.
Pero me ha ido sorprendiendo darme cuenta de que Kate me gusta mucho, y también Byron, el maromo de turno. Me han parecido muy tiernos. Bueno, él muy tierno, y ella un cúmulo de inseguridades escudadas detrás de una necesidad enfermiza de ser la mejor en todos los ámbitos de la vida, todo aderezado con una mente excesivamente analítica que forma parte de su encanto.
En realidad la novela no tiene mucho más que eso. Hay un casillo de desfalco de dinero del que acusan a Kate, aunque para ser un caso policíaco, es el menos currado por Nora Roberts, con diferencia. Te hueles el culpable a kilómetros, así que, en realidad, no es más que un aderezo para acompañar el desarrollo de la relación, que es, por cierto, muy bonita.3. Para Pasar el Rato