Cuando empiezas a conciliar el sueño, no te paras a pensar lo que puede haber debajo de tu cama. ¿O no lo quieres saber por miedo a lo que haya?
La historia cuenta sobre una niña de 9 años, hija única de sus padres, educada, pero con una soledad incomparable.
Sus padres salían de fiesta, hacían reuniones políticas y dejaban a su hija sola en la casa. Una vez sus padres le trajo un perro y al pasar los años el perro y la chica fueron inseparables.
Una noche como cualquiera, los padres de la chica salieron y la chica se fue a dormir cuando ella iba a dormir el perro también lo hacía debajo de su cama . A las 2:30 de la madrugada la chica escucho unos fuertes ruidos y sintió leves golpes, al verse asustada bajó la mano para que el perro la lamiese (era como un código entre ella y el perro) al sentir su lengua en la mano se tranquilizó y durmió otra vez.
A la mañana siguiente cuando se desperto descubrió algo espantoso: En el espejo del tocador había algo escrito con letras rojas. Cuando se acercó, vio que era un rastro de sangre que decía así:
“NO SÓLO LOS PERROS LAMEN”.
Entonces dio un grito de terror al ver a su perro desangrado en el suelo de su habitación.Se dice que cuando los padres la encontraron ella no decía otra cosa más que:“¿Quién me lamió?” y decía el nombre de su perro, se volvió loca y hasta la fecha está en un manicomio y sus padres, tratando de olvidar lo que hallaron en el cuarto y a su hija, se fueron al extranjero.
La incógnita más grande es: según los que fueron a investigar al cuarto de la niña, el perro ya estaba muerto, desangrado en el suelo, desde hace horas. ¿Quién le lamió la mano a la niña debajo de la cama?