“¡Mira los arlequines!”, de Vladimir Nabokov

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«¡Mira los arlequines! la última novela que
escribió 
Vladimir Nabokov

Reseña escrita por Ricardo Martínez
http://www.ricardomartinez-conde.es/

Cubierta de: ‘¡Mira los arlequines!’

Nunca sería oportuno esperar decepción en la obra de este extraordinario escritor, de su literatura, y sí siempre un agrado de sorpresa, de encantamiento por cómo plantea su visión de la realidad, lo que nos viene a deparar en ocasiones algo así como una amplitud de los ricos significados bajo los que ésta puede ser entendida.

Creo que con acierto se nos hace una invitación a la lectura de un modo comprensivo: “Esta última novela constituye el postrero y definitivo eslabón de la larga cadena de ejercicios de autobiografía ficcional en que Nabokov quiso siempre que se acabara convirtiendo su obra” Y hablo del modo comprensivo por cuanto, ¿es que acaso el autor tiene un objetivo, a la hora de escribir, que vaya más allá de sí propio? Es más, cada vez estoy más próximo a considerar que, para el escritor, lo otro y los otros no son sino un complemento, un aditamento a su condición de protagonista único y universal. Y tal vez no podría ser de otra manera. El individuo a solas es tan complejo, tan sorprendente y variada su psicología, su enfrentamiento con lo que llamamos realidad-verdad, que ahí pudiera radicar verdaderamente todo su argumento. Eso sí, por pudor u otras consideraciones, nunca (o casi nunca) llamará a su obra Autobiografía, por cuanto tal título implicaría un condicionamiento de interpretación que no se acepta. Sí ha nacido, como tabla de salvación, una definición equívoca en sí: autobiografía ficcional. Un recurso estilístico, una forma de justicia poética.

Volvamos al principio; lo importante es toparse, en cualquiera de las páginas por las que se abra este libro que es como un cuaderno de viaje vital del autor, con expresiones como: “Solo proyectando esas imágenes estilizadas en la pantalla de mi mente podía aliviar la angustia de los celos carnales, centrados en los espectros. Pero no era infrecuente que resolviera sucumbir ante ellos” La frase, a mi entender, no solo está limpia, escueta y brillantemente construida, sino que es sugerente, insinuadora. Y definidora también de una calidad de escritor. Construye la voluntad de compañía al hipotético lector de una manera sincera, directa. Y éste, necesariamente, ha de iniciar un ejercicio de pensar, de reflexión, de consideración de la verdad-realidad. De su verdad-realidad.

Nabokov, ya se ha dicho muchas veces, es un estilista impecable, un escritor ejemplar para cualquier escuela de iniciación por su concisión. Por su sabia alusión a las cosas y sus significados. O bien, como él gustaba decir, “esmerando la forma de reparar en los detalles”.

Vivió y escribió así, para sí; “¿atrapado en la telaraña del arte?” Por ahí va la cosa.

La traducción me parece correcta –y no es fácil salvar la dificultad de traducir a un autor tan perfeccionista- y las notas al texto y la Introducción, un acierto clarificador.

Vladimir Nabokov

El autor:
Vladimir Nabokov, cuyo nombre completo en ruso era Vladímir Vladímirovich Nabókov (Влади́мир Влади́мирович Набóков; San Petersburgo, 22 de abril de 1899 (10 de abril del calendario juliano)-Montreux, Suiza, 2 de julio de 1977), fue un escritor de origen ruso, nacionalizado estadounidense.
Escribió sus primeras obras literarias en ruso, pero se hizo internacionalmente famoso como un maestro de la novela con su obra escrita en inglés, especialmente su novela Lolita (1955), un retrato de la sociedad estadounidense a través de la metáfora del viaje, en cuya trama un hombre de mediana edad se enamora y sostiene una relación con una adolescente. Es conocido también por sus significativas contribuciones al estudio de los lepidópteros y por su creación de problemas de ajedrez.

El libro:
¡Mira los arlequines! (título original: Look at the Harlequins!, 1974) ha sido publicado por Ediciones Cátedra en su Colección Biblioteca Cátedra del Siglo XX. Traducción de Enrique Pezzoni. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 352 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo un vídeo con una pequeña biografía de Nabokov.


Para saber más:

Vladimir Nabokov en Wikipedia.

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