Hoy ha caído en mis manos esta pieza fantástica de Dove. Una marca que ha comprendido que la conversación y la discusión está ahí fuera: en los consumidores y no en la propia marca.
Toda una disertación en boca de las consumidoras sobre los distintos, infinitos y únicos (que no unívocos) conceptos de belleza. A través de una serie de fotografías hechas a sí mismas (selfies) de madres e hijas, se genera el debate sobre la belleza particular de cada una de ellas. La acción culmina en la exposición abierta al público con todos los selfies expuestos al gran público y sus comentarios. 8 minutos de algo más que publicidad: contenido relevante, discusión abierta al público (la marca propone y el consumidor dispone) y en definitiva una nueva pista para un modelo de comunicación radicalmente nuevo y diferente en el que no basta informar y persuadir.