Como ya he admitido alguna vez aquí estoy bastante perdidilla en temas de dibujos animados para niños y sé que pronto me tendré que poner las pilas. A Nani y a Gugu no los conocía, pero parecen entrañables. Juegan a dibujar en las nubes y a adivinar sus formas. Beascoa ha editado alguno de sus juegos en bonitos libros con pegatinas, esquinas redondeadas y grueso papel apto para los más pequeños. A Guisantito le ha encantado la carita (verde, por supuesto) del marciano Nani. Yo me quedo con la redondez del niño Gugu, quizá porque sin sombrero debe de parecerse mucho a mi muñeco de la infancia Pufy (naricilla redonda, pequitas monísimas).
Ignoro si siendo Guisantito la excusa para ver de nuevo dibujos animados cambiará mi perspectiva. Quien me conozca sabrá lo que llegan a aterrarme los Teletubbies, los personajes de Lazy Town e incluso los exitosos CantaJuegos. (Y no, no soy tan rara, que conste). Jajaja. Ya me veo haciendo censura con el mando a distancia ("No, Guisantito, esos dibus no que le dan miedo a la mamá").
Las nubes van cambiando pasados unos segundos (lo que antes parecía Fuyu ahora se asemeja a un coche volador) como cambia todo con una nueva perspectiva. Sé que aún soy joven y que a pesar de mis escasos 29 años he aprendido bastante, pero también me doy cuenta de muchos aspectos en los que quiero mejorar. No siempre miro todo con una sonrisa, no siempre es primero la palabra dulce la que me surge entre los labios, no siempre es paciencia y curiosidad lo que me despiertan las situaciones conflictivas... Tengo mucho por aprender aún.
Guisantito, espero mejorar muchas cosas contigo.
Y de fondo... Tárrega.