Los players se introducen en un trepidante juego de "verdad o acción" (truth or dare), donde cada movimiento empieza a ser manipulado por una comunidad anónima de "observadores", que no se sienten limitados ni coartados en su toma de decisiones, pues a fin de cuentas los players no son más que personajes del juego. Y, por otra parte, el anonimato les permite dar rienda suelta a sus instintos, ya que a fin de cuentas la decisión colectiva les exime de ser culpables. La idea no es novedosa, y Black Mirror ya la ha explotado en varias ocasiones, pero en cualquier caso sí que nos permite plantearnos nuevamente los límites de la tecnología y, como cara de una misma moneda, los límites de nuestra propia ética y descubrir hasta donde somos capaces de llegar como especie y/o como individuos cuando no nos vemos frenados por los límites de convivencia social.alfonsovazquez.com ciberantropólogo
Mirones en Internet, el dilema de Nerve
Publicado el 14 mayo 2017 por Ciberantropologia @alfonso2punto0Los players se introducen en un trepidante juego de "verdad o acción" (truth or dare), donde cada movimiento empieza a ser manipulado por una comunidad anónima de "observadores", que no se sienten limitados ni coartados en su toma de decisiones, pues a fin de cuentas los players no son más que personajes del juego. Y, por otra parte, el anonimato les permite dar rienda suelta a sus instintos, ya que a fin de cuentas la decisión colectiva les exime de ser culpables. La idea no es novedosa, y Black Mirror ya la ha explotado en varias ocasiones, pero en cualquier caso sí que nos permite plantearnos nuevamente los límites de la tecnología y, como cara de una misma moneda, los límites de nuestra propia ética y descubrir hasta donde somos capaces de llegar como especie y/o como individuos cuando no nos vemos frenados por los límites de convivencia social.alfonsovazquez.com ciberantropólogo