Historias de restaurantes
Hace tiempo que no escribo en esta sección del blog, y no es que esté practicando ahora una vida ascética sin comer ni beber (de eso nada, que no soy española pero no puedo vivir sin ir a un restaurante o bar), es simplemente que como solo tengo tiempo para escribir una vez cada siete días voy priorizando temas.
El caso es que esta semana fue el cumpleaños de mi chuki (si, lo llamo así, sin reírse) y para la ocasión me invitó a cenar al restaurante Álbora aquí en Madrid. Así que lo que te quiero contar en estas líneas es cuáles fueron los platos que más me gustaron y los que deberías no dejar de probar en tu visita (a mi juicio, claro).
Bien, primero te pongo un poco en contexto por si no conoces el sitio. Álbora es un restaurante situado en la calle Jorge Juan del barrio Salamanca de Madrid. Ha sido galardonado con 1 estrella Michelín y 2 soles Repsol, así que estamos hablando de un local de los llamados de alta gastronomía. Sus dueños son dos empresarios, José Gómez, de jamones Joselito; y Cayo Martínez, de conservas La Catedral de Navarra, que apostaron por abrir un sitio donde la calidad primara y las opciones fuesen variadas, porque Álbora tiene una barra bastante amplia en la que puedes picotear si lo que buscas es algo más informal, con una carta presentada en formato prensa que me encantó.
La barra es preciosa, con cristaleras para los vinos.
La carta de la barra, en forma de periódico.
Pero si quieres sentarte con tiempo a disfrutar la cocina de David García, su chef; y un servicio en sala muy atento comandado por Jorge Dávila y José María Marrón, tienes que subir a la planta superior donde está el elegante y sobrio salón.
Una mesa de la sala.
Allí podrás tomar, bien uno de los dos menús degustación, o bien platos individuales de la carta, en raciones completas o medias. Nosotros nos decantamos por la última opción para probar un mayor número de preparaciones, en total nos pedimos seis distintas y dos postres. Por comer que no falte. Estos fueron mis cuatro platos favoritos:
1. Un entrante: Espárrago blanco asado con crujiente de bacalao y espuma de bergamota y rúcula
Un plato fresquísimo, lo que más me gustó fue la textura de los espárragos, al dente, con un punto crocante, igual que las diminutas porciones de bacalao, que contrastaban con la espuma que hacía que el sabor final fuese genial.
2. Un segundo de pescado: Ventresca de atún con tartar de aguacate y tomate
A mi juicio el punto central de este plato era el producto en sí, una ventresca que se deshacía en la boca, con un sabor intenso que al escribir empiezo a salivar recordándola, y que con ese acompañante quedaba redondo. Me comería dos más ahora.
3. Otro segundo, pero de cerdo: Cabezada ibérica asada a baja temperatura con tortilla de maíz
Impresionante. Nunca había comido esta parte del cerdo, la zona anterior al lomo y más próxima a la cabeza. Debe tener bastante trabajo en cocina en cuanto a cocción, porque la carne se deshacía de lo tierna que estaba, no había necesidad de cortarla, solo separar con el tenedor; y de paso venía acompañada de una crema a base de maíz que tenía un sabor ligeramente dulce. Vamos, una pasada de plato.
4. Un postre, el estrella de la casa: Torrija caramelizada con helado de plátano y canela.
Torrija caramelizada con helado de plátano y canela.
He de decir que yo me pedí las esferas de chocolate de postre pensando en que la torrija era muy pesada para una cena, además de que soy muuuy chocolatera, fue mi chico quien se la pidió, y cuando la probé me arrepentí de no habérmela pedido también. Sin dejar de ser un postre contundente, el sabor era impresionantemente delicado, luego supe que está hecha con leche caramelizada y canela, además del helado que la acompaña muy bien. Solo te voy a decir que tienes que probarla sí o sí.
Estos fueron mis cuatro top de Álbora. De todas maneras, a continuación te muestro los otros platos que tomamos con una corta opinión y algunas imágenes más (ya sabes que me encanta hacer fotos) para que tengas una visión más completa…
Yema de huevo, timbal de patatas, caldo de garbanzos y lascas de ibérico: Otro de los entrantes que nos pedimos, el plato es atractivo y de sabor riquísimo, pero no me sorprendió.
Lubina asada, alcaparras crocantes y espuma de vodka: Casi tan impresionante como la ventresca de atún. El pescado jugoso, la espuma con mucho sabor y las alcaparras con el tomate riquísimas… El quinto plato que tienes que probar :)
Lomo de vaca vieja con melón caramelizado y crema de ajo negro: Plato donde prima el producto, el ajo negro estaba riquísimo.
MI postre: Esferas crujientes de chocolate caliente con helado de leche (lo cambié por el de anís). Al romper la bola salía el chocolate líquido. Muy bueno (aunque no tanto como la torrija).
Nuestra mesa cumpleañera :D
El pan: Podra tomar pan de leña o de maíz, en la foto está el segundo, buenísimo.
Hasta aquí. Espero que te sirva de guía este post en tu visita a Álbora y no te defrauden mis recomendaciones; a menos que todo el personal del restaurante se levante con el pie izquierdo el día que vayas (y eso es bastante improbable), creo que te va a encantar este lugar.
¡Que tengas una excelente semana!
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Restaurante Álbora
Calle Jorge Juan, 33. Madrid
Ticket medio: 50 euros
Reservas: 91 781 61 97
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