Pero, podréis perdonarme la vida cuando os diga que, además, tengo mis imprescindibles, YA NO TAN CASPOSAS. Esas que da igual que estemos en una ciudad u otra, de viaje, sólos o acompañados, esas que nunca pueden faltar en una velada. Películas que de una manera u otra se impregnan del espíritu navideño y que ya forman parte de mi historia familiar. Algunas vienen y otras van, y es que los niños también forman parte del jurado. Y no veo el momento de comenzar mi maratón en vacaciones, palomitas en mano, rodeada de manos y pies, sabiendo que vamos a pasar un momentito genial. ¿Quieres saber cuáles son mis películas imprescindibles?
- ¡Qué bello es vivir! (1946)
- La gran familia. (1962)
- ¡Feliz Navidad Charlie Brown! (1965)
- La Navidad de Mickey (1983)
- Love actually (2003)
- Polar Express (2004)
- Charlie y la casa de chocolate (2005) Habitualmente suelo preferir los originales antes que las adaptaciones, pero en este caso, no sabría si quedarme con la versión de 1971 con un inmenso Billy Wilder o con el histriónico Johnny Depp. Es una película-pastel: es tan vívida que el olor y los sabores trascienden la pantalla. A pesar de tener su puntito macabro, que lo tiene, me parece un cuento divertido y con gran moraleja.
- El origen de los guardianes (2012)
- Frozen (2013)
Por supuesto, no están todas las que son. ¿Me cuentas cuáles son tus imprescindibles?