El Mundo Amarillo. Albert Espinosa
Me gusta dejarme llevar por mi intuición a la hora de tomar ciertas decisiones banales - y otras no tan banales - que la vida me presenta. Para mí, la intuición supone una vía directa para conectar con lo auténtico y genuino que hay en nosotros.
Una de estas situaciones en las que me dejo fluir hasta que la vocecita apenas perceptible de la intuición ejerce su protagonismo se da, cuando quiero elegir el próximo libro que leeré, o la película que iré a ver. Es entonces cuando dejo aparcado mi pensamiento (lógico racional) y que sea ella la que decida.. Me encanta hacerlo, disfruto enormemente cuando me concedo ese permiso.
Solamente me fijo en el título y en la portada o en el cartel anunciador, cuando se trata de una película, y me dejo llevar. No diré que siempre, pero la inmensa mayoría de las ocasiones mi intuición da en el blanco y hace verdaderos descubrimientos para mi deleite.
Así fue como el otro día cayó en mis manos El Mundo Amarillo de Albert Espinosa. No me puede resistir a su título y a su subtítulo maravilloso: si crees en los sueños, ellos se crearán. Es cierto que las frases, citas y otro tipo de recursos literarios, allanan el camino a mi intuición, así como tampoco pude pasar por alto el intenso color amarillo de la portada.
En el Mundo Amarillo el autor nos presenta a los amarillos como al nuevo escalafón de la amistad, esas personas que no son amantes ni amigos, esa gente que se cruza en tu vida y que con una sola conversación puede llegar a cambiártela. Además el libro es toda una invitación para que cada uno de nosotros encuentre a sus amarillos.
Antes de conocer el concepto de “amarillos”, aunque con matices diferentes, yo denominaba esta figura como “enanitos”. Escribí sobre ellos en una entrada antigua de este blog http://www.coachingymas.blogspot.com.es/2010/12/una-de-enanitos_17.html
Desde que escribí aquel post, no diré que he abandonado mi búsqueda de enanitos, pero es cierto que no la he tenido tan presente en mi día a día. Y lo que sucede cuando no tenemos presentes las cosas, es que no nos damos cuenta de nada de lo que nos pasa. Sin embargo cuando “estas conectado” con algo, en este caso con la búsqueda de amarillos, te das cuenta de que en cualquier lugar y cualquier situación pueden aparecer.
La semana pasada sin ir más lejos conocí a un amarillo, amarilla, en este caso. Era un día de esos a los que llamamos “de perros”. Frío intenso, viento, lluvia, granizo...como para no salir de casa, y yo haciendo gestiones administrativas de una punta a otra de Bilbao. Las rachas de viento eran tan fuertes que mi paraguas no pudo más y se rompió. Empapada hasta los huesos, y muerta de frío, decidí tomarme un café supercaliente, y así fue como entré decidida en una cafetería, pedí mi café con leche muy caliente y cuando fui a pagarlo, me dí cuenta de que no llevaba cartera, no tenía dinero! ya sé que un café no va ninguna parte, pero desde que era niña he temido esa escena: Llega el momento de pagar y te das cuenta de que no tienes dinero buff….Un poco abochornada le conté a la camarera que me atendía lo que me pasaba, y ella me contestó: tranquila, tómate el café y entra en calor, no quieres un pintxo de tortilla??? En ese momento sentí que era la persona a la que más quería del planeta! Y aunque no cambió mi vida como dice Albert Espinosa, convirtió una mañana bastante desagradable en una grata experiencia.